Guillermo I el Conquistador

(Falaise, actual Francia, h. 1028 - Ruán, id., 1087) Rey de Inglaterra (1066-1087) y duque de Normandía con el nombre de Guillermo II (1035-1087). Hijo natural del duque Roberto I de Normandía, llamado el Diablo, fue reconocido como heredero por su padre antes de partir hacia Tierra Santa, donde encontró la muerte (1035). La presencia de un niño bastardo al frente del ducado normando, no obstante, no fue bien acogida por buena parte de la nobleza feudal ni por sus propios parientes, razón por la que, a lo largo de su minoridad, se sucedieron las rebeliones nobiliarias que sumieron a Normandía en la anarquía, ante la incapacidad de los tutores del pequeño duque de hacerse con el control de la situación.


Guillermo I de Inglaterra

En 1046, Guillermo decidió sofocar personalmente una nueva sublevación de la nobleza y, con la ayuda de las tropas del rey Enrique I de Francia, su señor feudal, venció a los rebeldes en la batalla de Val-des-Dunes, lo cual le permitió imponer su autoridad en el ducado (1047). Sin embargo, la amistad con Enrique I se truncó pronto, a causa del matrimonio de Guillermo con Margarita de Flandes, que hizo temer a Francia una alianza entre Normandía y Flandes. Inquieto por el creciente poder del duque, el monarca francés lo atacó en varias ocasiones, aunque fue derrotado en Mortemer (1054) y Varaville (1058). Además, Guillermo tuvo que hacer frente al intento de invasión de Godofredo Martel, conde de Anjou, a quien el normando acabó por arrebatar el condado del Maine (1064).

En 1066, la muerte sin herederos del rey Eduardo I de Inglaterra, llamado el Confesor, proporcionó a Guillermo la oportunidad de optar al trono inglés, ya que el difunto monarca le había nombrado sucesor años antes (1051). A pesar de esta designación, una rápida maniobra permitió al conde Harold de Essex (cuñado de Eduardo el Confesor) coronarse rey con el nombre de Harold II.

En defensa de sus derechos sucesorios, Guillermo se apresuró a reunir un gran ejército para conquistar Inglaterra, no sin antes conseguir la bendición papal y asegurarse la neutralidad del emperador germánico Enrique IV. Tras desembarcar en Pevensey, el entonces duque de Normandía derrotó y dio muerte a Harold II el 14 de octubre de 1066, en la batalla de Hastings, victoria que le permitió entrar en Londres y ceñir la corona de Inglaterra en Westminster el día de Navidad de aquel mismo año.

La implantación de la nueva dinastía real inglesa integró al país en el Occidente europeo, dado que su monarca era vasallo del rey de Francia; provocó además la sustitución de los funcionarios sajones por normandos, e introdujo un sistema feudal férreamente controlado por la autoridad real, lo que convirtió a Inglaterra en el Estado mejor organizado de Europa.

Sometidos los territorios de la otra orilla del canal de la Mancha, Guillermo I de Inglaterra hubo de enfrentarse con su hijo Roberto, quien, apoyado por el rey Felipe I de Francia, le disputaba el ducado de Normandía y el condado del Maine (1075). En 1086 ordenó la redacción en Inglaterra de una precisa compilación catastral, conocida con el nombre de Domesday Book, a fin de verificar las transferencias de tierras, cuya propiedad estaba esencialmente en manos de la nobleza normanda desde la conquista, y fijar con exactitud los derechos fiscales de la monarquía en todo el país. Un año más tarde, el 9 de septiembre de 1087, Guillermo I de Inglaterra moría en Ruán, ciudad que formaba parte del ducado de Normandía.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].