Robert Grosseteste

(Stradbroke, c. 1168 o 1175 - Buckden, 1253) Eclesiástico y erudito inglés. Roberto Grosseteste o Robert Greathead, conocido también por Lincolniensis o Capito en las crónicas latinas, desempeñó un importante papel en la historia eclesiástica de Inglaterra. Obispo de Lincoln, fue tan excelente pastor como teólogo y sabio, y poseyó un dominio sorprendente de todas las ciencias de su tiempo.

De familia modesta, logró gracias a la generosidad de los amigos poder ir a estudiar teología en Oxford, y probablemente también medicina y derecho. Es asimismo posible que cursara sus estudios durante algún tiempo en París; no obstante, hacia 1200 le encontramos de nuevo en Oxford, donde, después de haber superado las pruebas de su doctorado, es nombrado "rector scholarum" o vicecanciller de la Universidad. Probablemente datan de esta época sus comentarios a Aristóteles.


Robert Grosseteste

Ante la solicitud del provincial de los franciscanos, Agnello de Pisa, fue nombrado en 1224 rector de aquella orden que acababa de llegar con ánimo de establecerse en Oxford; profesó algunos cursos en el convento de los franciscanos y les exhortó a proseguir sus estudios sobre la Biblia y las ciencias naturales. Poseía varios beneficios, a los cuales renunció, reservándose tan sólo uno, en 1232, tras una grave enfermedad. Pasó la mayor parte de su vida en Oxford, escribiendo obras matemáticas, teológicas o de estudios bíblicos, y profesando sus cursos, cuyo contenido se conserva manuscrito bajo el título de Dicta Roberti.

Como prelado, Robert Grosseteste desplegó una importante actividad; riguroso en las visitas pastorales y en las inspecciones realizadas en los conventos, e infatigable predicador, en latín a su clero y en inglés al pueblo, dio un poderoso impulso al renacimiento religioso de su diócesis y de toda la isla. Cuidó, además, los intereses materiales de los fieles, ayudó ampliamente a los necesitados y reprimió cualquier abuso; estableció en Oxford una "Caja" que facilitaba préstamos sin interés a los estudiantes pobres, a quienes libraba, con ello, de los usureros.

Al morir San Hugo de Wells, en 1235, Grosseteste fue elegido obispo de Lincoln, la mayor y más poblada de las diócesis de Inglaterra. Es entonces cuando empieza una fuerte campaña contra los numerosos abusos de la vida clerical y monacal, y gana con ello tantas enemistades que es incluso objeto de una tentativa de envenenamiento. El papa Inocencio IV le apoya en su lucha en 1245, pero le retira su ayuda cuando en 1250 el enardecido Grosseteste llega a denunciar también los abusos de la curia romana. Durante los últimos años de su vida sostuvo duras luchas con el rey Enrique III acerca de los diezmos y contra la asignación de beneficios eclesiásticos ingleses a prelados italianos; en 1252 entra en liza contra el monarca inglés, y alcanza la victoria. Al año siguiente le toca el turno al mismo Sumo Pontífice, a causa de un nombramiento abusivo que este último exigía de él. Parece que el papa reconoció, hasta cierto punto y contra su voluntad, la razón de las amonestaciones que le hizo el obispo.

Su saber enciclopédico le valió el sobrenombre de The great clerk Grosseteste. Su obra literaria es copiosísima. Es cierto que se le atribuyeron erróneamente muchos escritos, pero aquellos cuya autenticidad no ofrece dudas son ya suficientes para permitir que se le considere como uno de los espíritus más fecundos y enciclopédicos de la Edad Media. Aparte de sus comentarios sobre Aristóteles, Boecio y otros filósofos, poseemos numerosos escritos suyos sobre historia natural, por ejemplo sobre el calor, el movimiento, el sonido, los colores, la luz, la presión atmosférica, el arco iris, el astrolabio, los cometas, la nigromancia, la brujería, o incluso sobre la agricultura (Regulae agriculturae per menses digestae).

Las traducciones del griego debidas a él y a colaboradores griegos que hizo venir del sur de Italia difundieron por Occidente obras sacras (San Ignacio de Antioquía, Pseudo Dionisio Areopagita, San Juan Damasceno) y profanas (la más importante de éstas la Ética a Nicómaco de Aristóteles, con los comentarios de diversos autores). Del examen cuidadoso de sus traducciones en latín resulta verdaderamente que debió de conocer el griego a la perfección, aunque por un prejuicio y criterio propio suyo prefirió mantener ante el original una fidelidad extremadamente rigurosa, en perjuicio a veces de la sintaxis y de la elegancia del estilo, pero nunca de la inteligencia del texto, como en cambio hallamos a veces en otros traductores medievales famosos. A pesar de ello son absolutamente característicos y de mucho interés sus prólogos, sus comentarios y, por otra parte, las glosas ("notulae") que acompañan sus versiones, todo ello provechoso para ilustrar el contenido de la obra, pero también importante desde un punto de vista filológico.

De Grecia y de Italia (de la meridional) había mandado traer, como lo atestigua Rogerio Bacon, códices griegos y gramáticas: y había llamado junto a sí a griegos e italianos de lengua griega como colaboradores bajo su dirección. Esta actividad de Grosseteste parece deber colocarse, observando la cronología aproximativa de las traducciones, entre 1235 y 1253, en los años de su episcopado.

Las versiones de que tenemos positiva información son las Epístolas de San Ignacio de Antioquía, de un códice perteneciente a una redacción no común; las obras de Pseudo Dionisio Areopagita; los Escolios de San Máximo a los escritos de Pseudo Dionisio Areopagita, traducidos por Grosseteste sin saber quién era su autor; el De orthodoxa fide y el De hymno Trisagio de San Juan Damasceno; los anónimos Testamenta XII Patriarcarum; el anónimo De vita monachorum, extractos más que traducciones de la obrita entera; la Ética de Aristóteles, de influjo vastísimo en la escolástica, y los Comentarios a ella de Eustacio, Miguel de Éfeso, Aspasio y el Anónimo; el Del cielo de Aristóteles, parcialmente traducido; los pseudoaristotélicos De virtutibus et vitiis y De invisibilibus lineis; los extractos del Léxico de Suidas, del cual quizás solamente Grosseteste, en el siglo XIII y en el occidente latino, pudo obtener una copia.

Su labor de comentarista y sus textos originales (de filosofía, teología y ciencia en general) hacen de él uno de los hombres más doctos del siglo, y le confieren una talla sin duda no inferior, aun cuando sí lo sea su fama, a la de San Alberto Magno. Entre sus discípulos figuró Rogerio Bacon, el cual inició en el campo filosófico la orientación científico-experimental que habría de tener una capital importancia en la historia del mundo moderno. Grosseteste enriqueció además los estudios matemáticos con trabajos como De sphaerae y De arte numerandi. Hacia 1231 compuso un escrito de carácter polémico contra los judíos: De cessatione legalium. Conocía la medicina, compuso poesías y fue un virtuoso del arpa. Las obras de Robert Grosseteste, que no han sido impresas todavía, llenarían varios volúmenes. Suman un total aproximado de 200 a 300 sermones, de 60 a 70 tratados de mayor o menor longitud, y 147 conferencias o Dictae. Su conocimiento de la Sagrada Escritura es extraordinario y aparecen citas en todas sus obras y cartas. La lista completa de sus escritos, en su mayor parte inéditos, conservados en el Trinity College de Cambridge, ocupa 23 páginas impresas en cuarto.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].