San Gregorio Nacianceno
(También llamado San Gregorio el Teólogo; Arianzo, Capadocia, actual Turquía, 329-390) Padre y doctor de la Iglesia griega. Junto con San Basilio de Cesarea y San Gregorio de Nisa, es uno de los tres «Padres Capadocios» que en el siglo IV sistematizaron y formularon la teología trinitaria, reafirmando la ortodoxia cristiana frente al arrianismo.
San Gregorio Nacianceno
En la conversión al cristianismo del padre de Gregorio (que llegó a ser obispo de Nacianzo) y en la educación del mismo Gregorio desempeñó al parecer un importante papel la madre, Santa Nonna, ferviente cristiana; la educación formal de Gregorio, no obstante, comenzó en la escuela de Cesarea de Capadocia, y prosiguió más tarde en Alejandría y Atenas. En estos años inició su amistad con San Basilio de Cesarea, más conocido como San Basilio el Grande, y de regreso a Capadocia ingresó en la comunidad monástica que San Basilio había fundado.
Tras ser ordenado sacerdote en 362, San Gregorio dedicó los años siguientes a apoyar a San Basilio (primero presbítero y más tarde obispo metropolitano de Cesarea) en su lucha contra la herejía arriana; el arrianismo (así llamado por el nombre de su iniciador, el sacerdote alejandrino Arrio) negaba la divinidad de Jesucristo y era apoyado por el emperador Valente. A la muerte de su padre, San Gregorio aceptó el obispado de Nacianzo, pero consiguió que se nombrara un nuevo obispo y se retiró a una vida de meditación.
El fallecimiento en el año 378 de Valente y de San Basilio en el 379 impulsó a San Gregorio a marchar a Constantinopla como jefe del partido que, de acuerdo con la doctrina del Concilio de Nicea, celebrado medio siglo antes (325), afirmaba el dogma de la Trinidad como tres personas y una sola naturaleza divina; en aquella ciudad, escenario entonces de apasionados enfrentamientos entre arrianos y nicenos, pronunció San Gregorio sus mejores sermones.
Finalmente, el Concilio de Constantinopla (381), auspiciado por el emperador Teodosio I el Grande y presidido por Melecio de Antioquía, anatematizó el arrianismo (que a raíz de ello prácticamente desapareció del Imperio romano) y nombró obispo de la ciudad a San Gregorio Nacianceno; pero tal elección suscitó fuertes disputas, y San Gregorio, para evitarlas, prefirió renunciar y marchó a su villa natal de Arianzo. Allí pasó los últimos años de su vida, consagrado a la meditación y a la redacción de sus escritos doctrinales. La festividad de San Gregorio Nacianceno se celebra el 2 de enero en la Iglesia católica y el 25 en la Iglesia ortodoxa.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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