Enrique Grau
(Enrique Grau Araújo; Panamá, 1920 - Bogota, 2004) Artista colombiano cuya obra, que evolucionó desde unos inicios de carácter expresionista y abstracto a una madurez figurativa muy personal, abarcó multitud de intereses y campos, desde la pintura, el dibujo y el muralismo hasta la escenografía teatral, pasando por la escultura.
Enrique Grau
Hijo de una familia procedente de Cartagena de Indias, nació en Panamá y realizó sus primeros estudios en Bogotá. Consiguió una beca del gobierno para proseguir su formación en la Art Students' League de Nueva York, donde permaneció entre 1940 y 1943, y continuó luego sus estudios en Italia, donde perfeccionó su técnica de muralista, pintor y dibujante, alcanzando gran pericia en todas las facetas. En Estados Unidos estudió con Tadeusz Kantor y fue también discípulo del artista alemán George Grosz, de quien tomó en sus inicios su concepción expresionista del arte y la pintura, a la que imprimiría un marcado acento crítico.
Sus primeras obras, en un estilo cercano al impresionismo, tenían un destacado carácter figurativo. Sin embargo, tras su marcha a Florencia en 1954, sus cuadros adquirieron rasgos geometrizantes y abstractos que mostraban la influencia del cubismo del español Pablo Picasso, como puede verse en varias obras al carboncillo, entre ellas Bodegón con calavera. En 1957 obtuvo el primer premio de pintura en el X Salón de Artistas Colombianos; en obras como Elegía para un mártir tuvieron cabida rasgos expresionistas inspirados en el estilo de su compatriota Alejandro Obregón, con quien había impulsado en la década anterior el Salón de los 26 de Bogotá.
A partir de 1959 su obra se torna francamente realista: le interesa la figura humana y su entorno. Su obra evolucionó entonces hacia un nuevo academicismo, haciendo una recreación de la realidad; aprovechando su paso por las estructuras geométricas, dio una gran solidez a las formas de tendencia naturalista. Apasionado por el volumen, por las formas rotundas y concretas y por un decorado de un extremado barroquismo en lo referente a los muebles, adornos y el vestuario que acompañan a sus personajes, su mundo se muestra nostálgico y abigarrado.
Sombrero de rosas (1930), de Enrique Grau
Cabe destacar su excelente dominio del dibujo a lápiz, crayola, carboncillo, pastel y plumilla: paralelamente a su obra pictórica, trazó verdaderos estudios sobre el vestuario, las modas y las actitudes un tanto "cursis" de los personajes transformados por los disfraces sacados de los desvanes. También se interesó por la tercera dimensión, elaborando terracotas con los mismos temas de sus pinturas y, en los últimos años, esculturas en bronce salidas de sus telas.
Entre sus cuadros se destacan La gran bañista, La Cayetana, Alacenas, Las Galateas, Las Novias, El compromiso y diversos paisajes urbanos de Cartagena. Es memorable el poderoso realismo de Sombrero de rosas (1930), con una figura de extraordinaria corporeidad, conseguida mediante un hábil modelado del color y un cuidadoso estudio de la luminosidad; por contra, el sombrero está tratado con una pincelada más suelta, buscando un efecto más aéreo.
En los últimos años se consagró también a la investigación de la flora y la fauna tropicales, plasmados ya en su serie El pequeño viaje del barón Von Humboldt, donde aparecen figuras como el sapo amazónico, las serpientes tropicales y los insectos, todos ellos producto de una observación rigurosa y un impecable manejo del detalle por medio del dibujo; a esta misma tendencia pertenece su serie Iguanas, inspirada en un viaje a las islas Galápagos.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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