Eugène Fromentin
(La Rochela, 1820 - Saint Maurice, 1876) Pintor, crítico de arte y escritor francés. Visitó Argelia y Egipto, cuyo recuerdo plasmó en pinturas en las que se mezclan una minuciosa observación y un estilo vivo y cálido (Caza con halcón). Destaca su libro de crítica de arte Los maestros de antaño (1876).
Eugène Fromentin
Hijo de un médico acomodado, estudió leyes en París. Sin embargo, en el ambiente de la capital se reveló la inclinación de Fromentin a la pintura y a la literatura; ello dio lugar a una primera obra literaria, el extenso poema Sur la peinture moderne. Como pintor se formó bajo la guía de mediocres paisajistas, como Rémond y Cabat, y luego, atraído por el mundo oriental, entonces de moda en los medios culturales, realizó a los veintidós años un viaje a Oriente y visitó Egipto.
Vuelto a la patria en 1844, Eugène Fromentin partió nuevamente poco después hacia Argelia, donde permaneció durante dos años y reunió gran número de cuadritos y notas de ambiente de una finura de color muy apreciada por los frecuentadores del Salón, en el cual consiguió un primer premio, tras haber logrado ya un notable éxito en la Exposición de 1847; en 1859 recibió la Legión de Honor.
De los textos de Eugène Fromentin solamente Dominique (1863), pese a su carga autobiográfica, pertenece al ámbito estrictamente literario. El protagonista de esta novela es el huérfano Dominique de Bray, educado en el campo por su vieja tía y un joven preceptor. Sensible y soñador, se enamora en la adolescencia de una prima de su mejor amigo, Magdalena, que acaba casada con otro hombre. La historia de este amor, que nunca llega a la plenitud por el sometimiento de sus protagonistas al sentido del deber, se prolonga durante muchos años, hasta la madurez de los personajes.
En el resto de su producción se aprecia cómo su actividad de escritor se vio influida por su faceta de pintor; así, ilustró él mismo dos apreciables libros en los que relató sus impresiones de viaje: Un verano en el Sahara (1857) y Un año en el Sahel (1858). La pintura es por otra parte el tema de Los maestros de antaño (1876), un excelente tratado dedicado al estudio de la pintura flamenca y holandesa. Notables resultan asimismo sus obras Visites artistiques (1852) y Simples pèlerinages (1856), en las que se advierten la misma y certera penetración crítica que en la anterior y una idéntica moderación en el juicio.
Los maestros de antaño
Escrita con ocasión de un viaje a Bélgica y Holanda, Los maestros de antaño no intenta ofrecer un tratado sistemático ni ordenado de las escuelas pictóricas locales, sino que es más bien una colección de impresiones y juicios sugeridos por algunas obras y por algunos maestros antiguos a un artista moderno, educado en la escuela de Eugène Delacroix y de Alexandre Decamps y singularmente dotado como escritor.
La materia de Los maestros de antaño, libremente dispuesta, está dividida en dos partes principales: la primera tiene como tema la pintura flamenca y domina en ella la figura de Rubens; la segunda trata de la escuela holandesa y termina con el examen de las obras maestras rembrandtianas. Sensibles impresiones del paisaje holandés, de marinas y de cielos, vistos como a través de los cuadros de los pintores locales, alternan con la descripción y el análisis de las pinturas de iglesias y museos. Eugène Fromentin es uno de los primeros que lleva al estudio del arte del pasado la viva experiencia del gusto contemporáneo, es decir, de la pintura romántica francesa, y el concepto, también romántico y ya expresado en el Diario de Eugène Delacroix, de la obra de arte como creación espiritual y subjetiva.
Por este camino consigue Fromentin superar la mayoría de las veces las externas y superficiales divagaciones sobre el "asunto" y liberarse del viejo criterio de la jerarquía de los géneros (que durante tanto tiempo había impedido la justa comprensión de la escuela holandesa), para buscar en cambio la sustancia del estilo de las obras estudiadas y entenderlas como expresiones de personalidades artísticas en su gradual desarrollo. Fromentin identifica ya crítica e historia del arte, comprendiendo cómo la valoración de una obra implica el conocimiento de sus premisas y conexiones históricas, y se interesa por la biografía de los pintores (por la vida fácil y feliz de Rubens, por la solitaria y atormentada de Rembrandt) sólo para buscar con fina intuición la coincidencia entre el artista y el hombre.
Por otra parte, el ideal pictórico del romanticismo le sirve de ayuda y guía al formular claramente el concepto de pintura de tonalidades y situarlo como fundamento de su interpretación del arte de los Países Bajos. En ello consiste la originalidad de los más bellos análisis de Fromentin, como el dedicado a la "Crucifixión" y al "Descenso" de Rubens en Amberes, a los paisajes de Ruysdael y a los retratos de Frans Hals. Pero, sobre todo, las páginas sobre la "Ronda nocturna" de Rembrandt dan la medida de la finura interpretativa del escritor: aclarando el tránsito de la pintura de tonalidades al luminismo (para el cual la luz vale en cuanto actúa no sobre los colores, sino sobre el ambiente, y es un fin en sí misma), define en primer lugar el secreto estilístico del gran maestro, cuya personalidad alcanza su más alta expresión en la práctica del aguafuerte.
La visión histórica de Eugène Fromentin y su inteligencia crítica encuentran su mayor limitación en su misma sensibilidad de artista, ligada al gusto romántico, y, sin embargo, incapaz de vencer por completo los prejuicios académicos y de adherirse a la nueva poética, ya activa, del impresionismo. De todos modos, la cálida simpatía por el tema y la intensidad con que se revive, en las mejores páginas del libro, el espíritu del siglo XVII holandés y flamenco, hacen de Los maestros de antaño una obra maestra de la crítica romántica, que se puede colocar junto a los ensayos sobre arte contemporáneo de Charles Baudelaire.
Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet].
Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en
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