Leo Frobenius

(Berlín, 1873 - Biganzalo, 1938) Antropólogo y explorador alemán. Discípulo de Friedrich Ratzel, entre 1905 y 1934 exploró África en busca de la huella de antiguos contactos culturales; dedujo un origen cultural común para el África negra y Oceanía. Fue profesor en Frankfurt (1932) y director del Museo de Etnología (1934), aportó la noción de área cultural y creó la revista Paideuma. Sus obras más destacadas son Y África habló (1913) y Atlantis (1921-1928).


Leo Frobenius

Auxiliar de los museos etnológicos de Bremen, Basilea y Leipzig a partir de 1898, Leo Frobenius realizó numerosas expediciones al África: de 1904 a 1906 al Congo, de 1907 a 1909 al Sudán occidental, de 1910 a 1912 al Sudán central, en 1910 y 1912-14 a los territorios del Atlas, de 1914 a 1915 al mar Rojo, en 1926 al desierto de Nubia y en 1928-29 al África meridional.

Profesor de Antropología en la Universidad de Francfort en 1925, fundó en esta ciudad los Archivos Africanos, que darían lugar al Instituto de Investigaciones para la Morfología de la Cultura. Entre sus numerosas obras cabe destacar La concepción del mundo de los pueblos primitivos (1898), El origen de la cultura (1898), Atlantis (doce volúmenes, 1921-28), De la etnología a la filosofía (1925), El destino de las civilizaciones (1931) e Historia de la cultura africana (1933).

Frobenius sostuvo en sus estudios su concepto de la civilización como realidad autónoma que evoluciona según leyes propias y se manifiesta inicialmente en forma "intuitiva", como en el mundo de la infancia; luego bajo un aspecto "ideal", como en la adolescencia, y, por fin, de acuerdo con una forma práctica y mecánica, propia del mundo de la madurez, que desemboca en la ancianidad, equivalente a un regreso a lo inorgánico. En ello parece compartir las ideas de Oswald Spengler, pero Frobenius insiste en la independencia que esta concepción orgánica revela respecto de un mero proceso biológico.

Es una de las últimas obras, El destino de las civilizaciones (1931), Leo Frobenius intenta sacar las conclusiones generales que se desprenden de sus trabajos anteriores, realizados desde 1897, sobre las civilizaciones africanas. El propósito que le anima es el de definir la situación del mundo moderno en la perspectiva de la historia universal de las civilizaciones y, en particular, el determinar el importante papel que jugará Alemania en la nueva orientación que debe tomar, según él, el curso de la historia.

Frobenius empieza concretando su aportación personal en esta esfera, y recuerda que él ha sido el fundador de la "teoría científica de las culturas". Según él, el mundo moderno se caracteriza por el ensanchamiento del globo, pero esta expansión espacial, ahora concluida, debe completarse, y ello se debe realizar con un descubrimiento del mundo en cuanto a profundidad; este descubrimiento se apoyará sobre las nuevas disciplinas científicas: arqueología, prehistoria, historia primitiva, etnografía y etnología, por medio de las cuales el hombre descubre la verdadera razón de ser de los hechos y su realidad profunda y permanente.

El autor se esfuerza a continuación en determinar las constantes que caracterizan a las diferentes civilizaciones del globo; y opina que las civilizaciones se distinguen unas de otras a causa de las relaciones del hombre con la realidad (que él opone al hecho). Tras haber analizado dos civilizaciones que de forma evidente se definen por dos actitudes fundamentales frente a la realidad (la etíope, que es de tipo vegetal, y la hamítica, que es de tipo animal), Frobenius muestra la influencia ejercida sobre la mentalidad humana por los factores irracionales, tales como las constelaciones mitológicas y el simbolismo de los nombres.

Es igualmente por esta relación del hombre con la realidad que Frobenius distingue cuatro períodos de civilizaciones: período de cultura mitológica, localizado en los océanos Índico y Pacífico; período religioso y de formación de la noción de estado, localizado en el Asia occidental; periodo filosófico, en la Europa meridional y occidental; y, finalmente, período de los hechos o utilitarista, en la Europa occidental primero y en el mundo entero después. Frobenius explica en qué consiste esta percepción de la realidad sobre la que reposa la civilización: es la captación de la esencia de las cosas por el espíritu humano.

La civilización, en sí, reúne a la vez la realidad, que es intuición y creación, y por lo tanto dinamismo y juventud, y el hecho, que es concepto y conservación, y por tanto estatismo y vejez. El presente desequilibrio mundial es la consecuencia de la prioridad existente del hecho sobre lo real; además, la civilización mundial no será más que una caricatura en tanto que el hombre no haya superado el hecho para alcanzar la realidad. Es naturalmente a Alemania, situada entre la civilización oriental de la realidad y la occidental del hecho, a quien corresponde el privilegio de dar a la civilización mundial esa autenticidad que no ha logrado alcanzar todavía.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].