Ian Fleming
(Ian Lancaster Fleming; Londres, 1908 - Canterbury, 1964) Escritor británico. Creador del agente secreto James Bond, escribió doce novelas sobre este personaje, entre las que destacan Casino Royale (1953), Doctor No (1958) y Goldfinger (1959), llevadas al cine con gran éxito.
Ian Fleming
Ian Fleming se formó en Eton y en la Royal Military Academy, y con posterioridad en las universidades de Múnich y Ginebra, doctorándose en lenguas modernas. Periodista, publicista, oficial de la Armada y agente de la Naval Intelligence durante la Segunda Guerra Mundial, publicó en 1953 Casino Royale, la primera de sus dieciséis novelas de espionaje, catorce de las cuales, incluida la primera, tenían como protagonista a James Bond, agente secreto del contraespionaje británico con la calificación 007, es decir, con "licencia para matar". James Bond se hizo muy famoso como paradigma del género, y sus aventuras se tradujeron en todo el mundo, sobre todo gracias a las numerosas versiones cinematográficas, a veces inspiradas en las novelas y a veces inspiradoras de las mismas. Entre sus títulos más conocidos deben recordarse Vive y deja morir (Live and Let Die, 1954), Moonraker (Moonraker, 1955), Desde Rusia con amor (From Russia, with Love, 1957), Operación trueno (Thunderball, 1961) y Sólo se vive dos veces (You Only Live Twice, 1964); el conjunto de su producción lo situó entre los mejores maestros de la novela de espionaje, junto a Graham Greene, John Le Carré y Frederick Forsyth.
Autor además de dos notables libros de viajes y de un periodismo de altura (que se ha recopilado y publicado en parte), Ian Fleming es un narrador "en technicolor", ingenioso y fluido constructor de tramas sostenidas y de escenografías recargadas. Su prosa, rica sobre todo en un vocabulario visual, procede por acumulación de detalles sugestivos que sirven para hacer avanzar la coreografía escénica, y está desdramatizada de forma constante por salidas de tono de un carácter satírico aunque edulcorado. Aunque se da muy poco espacio a cualquier cuestión ideológica o política sobre el espionaje, la articulación de sus novelas es abiertamente maniquea, y el agente secreto británico está, en cualquier caso, del lado del bien, incluso en las frecuentes exhibiciones ambiguas de violencia y sadomasoquismo. Las aventuras, la ambientación y los personajes son fantásticos e improbables, pero a través del uso de los detalles culturales y de objetos de la sociedad, logra dar la ilusión de un realismo contemporáneo, engañoso e hiperlujoso, que en ocasiones llega a proponer situaciones tecnológicas propias de la ciencia ficción.
El argumento de cualquiera de sus novelas es ilustrativo de las características del conjunto. Sólo se vive dos veces (1964), por ejemplo, se inicia con James Bond en un deplorable estado. Ha perdido por completo el interés por la vida; bebe de una manera excesiva, no tiene ganas de trabajar y pierde grandes cantidades en el juego. Pocas horas después de casarse, Tracy, su hermosísima mujer, ha sido asesinada por Ernst Stavro Blofeld, su enemigo mortal. Bond es incapaz de sacudirse su profundo estado de postración. Después de muchas dudas, M., su jefe, decide concederle una última posibilidad y le confía una misión aparentemente imposible en el Japón. Apenas llegado, Bond se pone en contacto con Tanaka, jefe del servicio secreto japonés, que le cuenta una extraña historia. Un tal doctor Shatterhand ha plantado en un antiguo castillo un jardín botánico de inestimable valor, compuesto únicamente por plantas venenosas, y poblado por reptiles, arañas y peces carnívoros. En poco tiempo, este jardín se ha convertido en la meta preferida por los suicidas de todo el Japón, creando enormes dificultades a las autoridades, que no pueden intervenir oficialmente.
A cambio de la máquina descifradora objeto de la misión, Tanaka le pide a Bond que penetre en el castillo para matar al doctor. Hábilmente disfrazado de japonés, Bond parte para Fukuoka, donde se ha establecido el doctor Shatterhand, pero cuando Tanaka le muestra una fotografía del mismo, el agente, tras un momento de duda, reconoce a Blofeld. Pensando únicamente en su venganza, Bond, acompañado por Kissy Suzuki, una graciosa pescadora de perlas, espera en una pequeña isla el momento propicio para penetrar en el castillo. Después de muchas peripecias, el agente consigue introducirse en el refugio de Blofeld, matarlo y destruir el jardín de la muerte. Tras huir de manera rocambolesca, herido en la cabeza y perdida la memoria, Bond es salvado por Kissy, con la cual vivirá en la isla hasta el día en que una palabra leída en un fragmento de periódico le proporcionará un primer atisbo de recuerdo.
El agente 007 contra el Dr. No (1962) fue la primera película basada en las novelas de Ian Fleming
La traslación al cine de las novelas de Ian Fleming fue tempranísima. Sus relatos contenían todos los ingredientes para satisfacer los gustos del público y lograr altas cotas de popularidad; el cine no podía permitirse perder la oportunidad de recrearlas. La productora británica Eon compró los derechos de adaptación cinematográfica y puso de inmediato manos a la obra. El 16 de enero de 1962, el director Terence Young inició en Jamaica los trabajos de rodaje de El agente 007 contra el Dr. No, primera película del mítico James Bond.
El "primer Bond" lanzó al estrellato cinematográfico a dos actores que en este momento eran casi desconocidos: Sean Connery y Ursula Andress. Sean Connery fue el primer actor que encarnó al agente del servicio secreto británico de Su Majestad con licencia para matar; le seguirían, en las sucesivas entregas de una serie que sigue creciendo cincuenta años después, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig, entre otros. Connery entró en la historia como el James Bond por excelencia: tranquilo y seguro de sí mismo, sofisticado, irónico, extremadamente atractivo y seductor y amante de los placeres mundanos. Ursula Andress, que debutó en el cine con esta película, se configuró como la primera chica Bond, mostrando una sensual agresividad, sobre todo en la conocida secuencia en la que sale del mar jamaicano con un escueto bikini blanco y un puñal sujeto a la cintura. Nacía así un nuevo arquetipo de erotismo femenino, muy alejado de la elegancia exigida a la vampiresa del pasado.
El agente 007 contra el Dr. No presentó ya todos los aspectos que son el sello inconfundible de la serie: exóticos paisajes, efectos especiales, violentas escenas de acción con espectaculares artilugios de defensa y ataque, y, por supuesto, el atractivo físico del protagonista y de sus compañeras femeninas. El adversario es un personaje tradicional en el género: un malvado científico, repetido heredero del Dr. Mabuse que creó Norbert Jacques y llevó al cine Fritz Lang. El esquema narrativo suele ser el mismo para todas las películas de la serie: Bond se pasa dos tercios de la historia intentando penetrar en la guarida del malo (comunistas, soviéticos, orientales), y el tercio restante intentando escapar de ella, destruyendo de paso al adversario, que siempre es alguien que intenta acabar con el mundo.
Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet].
Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en
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