Sebastián de Eslava
(Sebastián de Eslava y Lazaga; Enériz, Navarra, 1684 - Madrid, 1759) Militar y administrador colonial español. Entre 1740 y 1749 fue virrey de Nueva Granada; durante su mandato defendió exitosamente Cartagena de Indias de la ofensiva del almirante británico Vernon. Posteriormente fue capitán general de Andalucía (1750) y secretario de Guerra (1754-1759).
Sebastián de Eslava
Sebastián de Eslava ingresó en la carrera de armas en el tercio de Navarra, del que pasó al batallón de Guardias Españolas. Durante la Guerra de Sucesión (1701-1714) luchó en el bando de Felipe V; destacó por su participación en la campaña de Portugal (1704), en el primer sitio de Gibraltar, en el de Barcelona (1706), en Extremadura y Portugal; en las batallas de Almansa (1707), Almenara (Castellón), Zaragoza, Brihuega (Guadalajara) y Villaviciosa (Asturias), y, de nuevo, en el sitio de Barcelona (1714). Al año siguiente ascendió a capitán, encargándosele la organización del Regimiento de Asturias, con el que desarrolló la Campaña de Sicilia. Retornó a España en 1720, aunque posteriormente, en compañía del conde de Montemar, regresó a Italia e intervino en las batallas de Bitonto y Bari (1734).
En agosto de 1739, ante la amenaza de la guerra con Inglaterra, la Corona española decidió restablecer el antiguo y efímero virreinato de Nueva Granada, y Sebastián de Eslava fue designado (septiembre de 1739) como su primer virrey (1740-1749). El 19 de octubre de 1739 Inglaterra declaraba formalmente la guerra a España, con lo que daba inicio la llamada Guerra de la Oreja de Jenkins (1739-1748). Tres días después, el almirante británico Edward Vernon atacaba el puerto de La Guaira (Venezuela), y tras hacer lo propio con la isla de Antigua y tomar en noviembre de 1739 el importante puerto de Portobelo (Panamá), asedió y bloqueó Cartagena de Indias durante más de dos meses (de marzo a mayo de 1741) con una de las mayores escuadras, posiblemente, de la época: contaba con 51 buques de combate, otros 135 navíos, una suma de aproximadamente 2.000 cañones y más de 28.000 hombres.
Las tropas del virrey Sebastián de Eslava, junto con las del gobernador de Cartagena de Indias, Blas de Lezo (unos 3.000 hombres, 600 arqueros indígenas y seis fragatas), y del marino Rodrigo de Torres estuvieron encargadas de rechazar exitosamente esta ofensiva; se registraron unas 6.000 bajas inglesas y otras 1.000 del bando español (entre ellas, la del propio Blas de Lezo). Como reconocimiento a su empresa, Eslava recibió póstumamente el título de marqués de la Real Defensa de Cartagena de Indias.
Sebastián de Eslava se encargó de reforzar el castillo de Bocachica y varios fuertes que protegían el puerto de Cartagena de Indias; instauró una forja de munición y fábrica de carruajes en el castillo de San Lázaro; y llevó a cabo trabajos de fortificación y refuerzo de las defensas en otros núcleos del virreinato (Santa Marta, Puerto Cabello, La Guaira, la provincia de Cumaná, el islote de Caño de Limones, el presidio de Guayana). En clave interna, promovió diversas expediciones de pacificación y conquista frente a tribus indígenas todavía no sometidas, como fue el caso de los chimilas y los motilones, que acosaban de manera reiteraba a los viajeros que utilizaban el río Magdalena. Con el mismo objetivo espoleó la fundación de misiones religiosas e intentó llevar a cabo un plan de concentración de la hasta entonces sumamente dispersa población indígena.
En otro orden de cosas, el virrey Eslava intentó aumentar los ingresos fiscales que revertían a la Corona española. Controló el pago de los impuestos, en especial los derivados de actividades como el comercio, el transporte y la circulación de metales preciosos. También realizó numerosas y diversas obras públicas (construcción de carreteras, mantenimiento de la navegación abierta en el río Zulia), fundó hospitales y villas y mejoró la administración de justicia.
A su regreso a España (dejó Nueva Granada en enero de 1750), el rey Fernando VI le nombró capitán general de Andalucía (1750), director de la Infantería española (1750-1753) y secretario de Estado del despacho de Guerra (ministro) en sustitución del Marqués de la Ensenada (1754-1759). Desempeñando esta última función estalló la Guerra de los Siete Años (1756-1763), ante la cual intentó mantener la neutralidad oficial de la Corona, a pesar de su conocida y arraigada francofilia. Fue nombrado caballero de la Orden de Santiago y gentilhombre del rey, y galardonado con la encomienda de la Orden de Calatrava.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
[fecha de acceso: ].