Dracón
(Fines del siglo VII a.J.C.) Legislador ateniense. Redactó un código célebre por su severidad (621 a.J.C.). Las leyes draconianas imponían la autoridad del estado en materia judicial y reducían el poder de los clanes familiares.
En la edad arcaica, el derecho de las ciudades griegas era consuetudinario, es decir, basado en las costumbres y tradiciones. Al producirse una disputa, la justicia tomaba cuerpo en forma de sentencias pronunciadas por los personajes más característicos de las familias aristocráticas, personas alejadas claramente de los intereses mayoritarios. Sin embargo, a finales del siglo VII a.C., el derecho consuetudinario ya no podía dar solución a los nuevos problemas planteados por la complejidad de las relaciones económicas y sociales.
De ahí que, a raíz de disturbios y enfrentamientos más o menos cruentos, se abriera paso en todo el mundo griego la necesidad de una codificación de las normas jurídicas arrancadas a la clase dominante, y numerosas ciudades griegas, en su intento de superar las tensiones sociales derivadas de las desigualdades, recurrieron a los legisladores. Se encargó a una serie de personas que gozaban de la confianza general la tarea de registrar por escrito el derecho y hacerlo público.
El legislador Solón derogó las leyes draconianas
Esa misma circunstancia fue aprovechada para promover una reforma del derecho y del régimen jurídico, dirigida a evitar las imposiciones del anterior derecho consuetudinario que contrariaban el ideal de justicia del legislador y de sus coetáneos. Las nuevas constituciones intentaron atajar las causas más inmediatas de las tensiones existentes, por ejemplo, la esclavitud por deudas, y regular la realidad económica y social de la época.
Según testimonio de Aristóteles, en el año 683 a.C. se instituyó en Atenas el cargo de arconte o tesmoteta. En número de seis, la función de los testometas era registrar y hacer públicas las leyes. Todo lo que sabemos de Dracón es que fue uno de estos testometas, y que, dado que sus leyes datan del año 621 a.C., no fue el primero de los legisladores atenienses, ni su código el más antiguo, aunque tanto su figura como su legislación son las más antiguas que se conocen dentro del derecho griego.
La expresión leyes draconianas se aplica todavía hoy a aquellas reglamentaciones desmesuradamente severas y sanguinarias en los castigos. Según la hostil tradición posterior, así eran las leyes de Dracón: un código escrito con sangre en lugar de tinta, que castigaba delitos leves con la pena de muerte, aunque tales leyes podían no estar muy alejadas de la práctica consuetudinaria de la época, y, en cualquier caso, beneficiaban al pueblo en la medida en que limitaban el poder judicial de la nobleza y sus consiguientes arbitrariedades.
Junto a otras reformas, hay que atribuir a Dracón la ley de homicidio, que despenalizaba el homicidio involuntario e intentaba poner fin a la tradicional venganza de sangre de la familia, sometiendo tales casos a la administración de justicia. Si los atenienses asociaron estrictamente a este legislador con los crímenes de sangre, fue probablemente porque algunas de sus medidas todavía estaban vigentes en época clásica. El más famoso legislador ateniense, Solón, derogó en el año el 594 a.C. las leyes draconianas, manteniendo en efecto tan sólo las leyes referidas al homicidio y desplegando una amplia legislación que alcanzaba el orden económico, político y social.
Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet].
Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en
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