Stig Dagerman
(Stig Halvard Dagerman; Alvkarleby, 1923 - Enebyberg, 1954) Escritor sueco. Influido por los novelistas estadounidenses de los años veinte, publicó las novelas La serpiente (1945) y El muchacho quemado (1948). Reflejó la ansiedad y el temor resultantes de la Segunda Guerra Mundial.
Stig Dagerman
Stig Dagerman publicó en 1945 su primera novela, La serpiente, a la que siguieron La isla de los condenados (1946), El muchacho quemado (1948) y Bodas penosas (1949), además de la colección de relatos breves Juegos nocturnos (1947). Escribió también para el teatro el drama alegórico El condenado a muerte (1947), los Dramas de Judas (1949) y la comedia El día del juicio (1952).
Su obra, llena de obsesiones y de símbolos, evidencia la influencia de Kafka; ejemplo ilustrativo de su universo narrativo es la novela El muchacho quemado (1948), cuyo protagonista es un muchacho de veinte años llamado Bengt, lleno de sensibilidad y de complejos. Durante los funerales de su madre, Bengt descubre que su padre tiene relaciones con otra mujer, Gun, todavía joven y bella. Una curiosidad irresistible le empuja a buscarla y conocerla; pero en su negro rencor hacia la que él considera la primera responsable de su vida gris y de la muerte precoz de su madre, se oculta también un deseo inconsciente.
En el ánimo de Bengt se mezclan, con este sentimiento complejo, su angustia de náufrago, el desprecio hacia su padre y la imposibilidad de tomar contacto con su novia Brit, que es suave y pasiva. En el fondo, Gun es la única persona viva de todas las que le rodean, la única que puede darle algún calor. La conclusión, preparada por una estancia en el mar cargada de tensión, es inevitable. Bengt se convierte en el amante de Gun, y en un intento desesperado de huir de sí mismo, intenta suicidarse. Pero al final no le queda más remedio que aceptar su propia situación y su propio destino de muchacho ya quemado y, sin embargo, irresistiblemente atraído por las llamas.
Abundante en ecos del psicoanálisis (la "presencia" de la madre muerta como elemento continuo de comparación, la frigidez física y psíquica de la novia, la amante-madre símbolo de vida), la novela refleja el ansia y la inquietud típicas de la inmediata postguerra, que encontraron en el autor (atormentado también por una serie de crisis, pues acabó suicidándose a los 31 años) la expresión más fuerte y sugestiva dentro de la literatura sueca. Como las restantes obras de Stig Dagerman, El muchacho quemado acusa ciertos influjos extranjeros (William Faulkner, Franz Kafka), pero contiene también numerosos elementos típicamente nórdicos y revela a un escritor de excepcional personalidad, con una profunda intuición psicológica de los personajes, un hábil juego técnico y un lenguaje cortado e intenso, completamente moderno.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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