Diego de la Cruz
Pintor probablemente de origen flamenco, documentado en Burgos de 1486 a 1499. Colaboró con Gil de Siloé como policromador. De su obra se conservan un Tríptico de la Epifanía (catedral de Burgos) y el Retablo de los Reyes Católicos, de estilo hispanoflamenco.
Cristo entre dos ángeles, de Diego de la Cruz (Colegiata de Covarrubias, Burgos)
La única obra firmada de Diego de la Cruz es la tabla Cristo entre la Virgen María y San Juan, de la colección Bonora (Barcelona), gracias a la cual se conoció su nombre y pudo ser identificada su producción con la que tradicionalmente se atribuía al denominado «maestro de los Reyes Católicos». También se utilizó la Estigmatización de San Francisco (iglesia de San Esteban, Burgos), documentada entre 1478 y 1489, para definir su estilo pictórico.
Su calidad técnica y el buen uso del color, así como el conocimiento de la escuela pictórica de Brujas y la influencia de maestros como Rogier van der Weyden y Gérard David, han permitido sugerir que el primer aprendizaje y formación de Diego de la Cruz habrían tenido lugar en los Países Bajos. Posteriormente su estilo habría ido perdiendo los rasgos flamencos, como la suavidad del paisaje, y las representaciones humanas adquirirían perfiles más duros y afilados, en un proceso de acomodación al arte peninsular.
La plasticidad de las figuras de Diego de la Cruz podría relacionarse con su actividad como escultor; un agudo sentido del volumen en las anatomías y en el modelado se acentúa con fuertes contrastes de luces y sombras en los rostros y en las telas. Los rostros de sus figuras son inusitadamente anchos y en ellos se resaltan, a base de sombras, la nariz, los pómulos y, de forma muy característica, el mentón, mientras que los ojos son almendrados y de mirada ausente. Para los cabellos utiliza una técnica de líneas finas y claras sobre fondo oscuro que forman amplias melenas, como se observa en la tabla Cristo entre dos ángeles de la Colegiata de San Cosme y San Damián en Covarrubias (Burgos), con influjos de Rogier Van der Weyden.
Junto a las obras ya citadas, se atribuyen a Diego de la Cruz la tabla Cristo de la Piedad del Museo de Bilbao, que destaca por el carácter dramático de la escena; la de la Misa de San Gregorio de la colección Torelló (Barcelona); la de San Juan Bautista del Museo del Prado; la de San Froilán con donante de la catedral de Palencia; y el Tríptico de la Epifanía o de la Adoración de los Magos en la catedral de Burgos. Distribuido en fragmentos en las colecciones de varios museos estadounidenses se halla el denominado Retablo de los Reyes Católicos (hacia 1496), al parecer realizado para Valladolid.
En cuanto a su labor escultórica, Diego de la Cruz trabajó desde muy joven con el escultor Gil de Siloé en varios retablos burgaleses, policromando imágenes y acaso también como escultor. Juntos realizaron, entre otros, el retablo mayor de la cartuja de Miraflores (1496-1499) y el retablo de la capilla de Santa Ana en la catedral de Burgos, posterior a 1486.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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