René Crevel
(París, 1900-1935) Escritor francés, miembro del movimiento surrealista, cuyo prematuro fallecimiento truncó una interesante trayectoria. René Crevel abandonó sus estudios universitarios para fundar la revista Aventure, lo que le permitiría entrar en contacto, en 1923, con André Breton, Paul Éluard, Louis Aragon y otros destacados representantes del surrealismo. Tras la efímera publicación de Aventure, colaboró en las revistas Littérature y Révolution Surréaliste. Despreciando el éxito que le auguraban sus extraordinarias dotes, Crevel prefirió obedecer al deseo de una investigación más profunda. En su producción pueden señalarse tres etapas: la exploración de las distintas formas del yo, el deseo de sistematizar la rebelión y el compromiso revolucionario.
René Crevel
En sus primeras novelas, Desvíos (1924), Mi cuerpo y yo (1925) y La muerte difícil (1926), se evidencia el ansia del escritor por conocerse y acercarse a la posesión de su personalidad fundamental. Estas obras, por su rigurosa construcción, que no contradice su esencial libertad y la frescura de su estilo, constituyen un documento fundamental sobre los jóvenes escritores de los años veinte. La última de ellas, La muerte difícil (1926), es una suerte de novela poética que mediante imágenes rápidas y amargas reflexiones capta el misterio interior de los personajes, tres jóvenes con amores cruzados y sus progenitores, que conforman una rara atmósfera familiar.
El inquieto Crevel halló en la aventura surrealista un impulso al que unir su persona y sus activos deseos de expresión, y se convirtió en uno de los más agudos teóricos y difusores del movimiento en sus ensayos El espíritu contra la razón (1928), Paul Klee (1930), Dalí o el antioscurantismo (1931) y El clavecín de Diderot (1932), al tiempo que en Babilonia (1927) y ¿Estáis locos? (1929) creaba una nueva forma de novela experimental.
Su compromiso revolucionario se plasmó en la novela Los pies en el plato (1933), aunque ya se dejaba notar en las obras que la precedieron. Todas ellas seducen por la calidad de su factura y la fluidez de la frase, aunque la mayor solidez de su estilo reside en la naturalidad y el entusiasmo, que ofrecen el espectáculo de un pensamiento revelándose en el momento en que se escribe, pletórico de imágenes y que abarca al mismo tiempo lo imaginario, lo real y lo surreal. Son libros que no se nos aparecen como una «obra», sino como la traducción viviente de una presencia.
Crevel se afilió al Partido Comunista en 1927, del que fue expulsado y posteriormente readmitido. En 1935, al término de su participación en la preparación de un congreso internacional para la defensa de la cultura, Crevel se suicidó; su muerte fue objeto de diversas interpretaciones: desde la que la consideró fruto del deseo de detener su vida en el apogeo de su juventud, hasta la que la atribuyó al miedo a la tuberculosis que le corroía.
Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet].
Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en
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