André Courrèges

(Pau, 1923 - Neuilly-sur-Seine, 2016) Modisto francés. Con su estilo futurista y la introducción de la minifalda y el pantalón en la alta costura femenina, André Courrèges impulsó en la década de 1960 una evolución en el mundo de la moda comparable a la llevada a cabo veinte años antes por Christian Dior con el new look.


André Courrèges

André Courrèges estudió en la Escuela de Ingeniería de Caminos. Apasionado por la moda, se instaló en París en 1945 y se matriculó en la Escuela Superior de Moda al tiempo que trabajaba para diferentes modistos. En 1950 fue contratado como patronista por Cristóbal Balenciaga, casa que abandonó once años más tarde para abrir, junto con su esposa, su propia boutique.

Para su primera colección de alta costura diseñó pantalones estrechos de talle bajo y trajes trapezoidales sin mangas y por encima de la rodilla de los que destacaba su magnífico corte (sin pliegues ni pinzas). El uso de los tejidos sintéticos y de punto y su preferencia por el color blanco y los tonos pastel infundían una vistosa modernidad al cuadrar a la perfección con las tendencias y gustos del momento.

Animado por el éxito obtenido en su primera temporada, Courrèges presentó otras realizaciones tan audaces como el jersey transparente o el conjunto ajustado en lana gruesa o en vinilo. Al mismo tiempo confeccionó trajes de noche largos y muy abiertos que se integraban totalmente en el espíritu de las colecciones por el empleo de materiales originales, como la cinta entrecruzada o el vinilo, o por las curiosas flores de celuloide que adornaban los conjuntos de organza.

Persuadido de que la alta costura acabaría despareciendo a largo plazo, y con un sincero propósito de democratizar la moda, empezó pronto a elaborar diferentes propuestas para diferentes poderes adquisitivos, creando colecciones de prêt-à-porter de lujo con la línea Couture future (1968), la alta costura con Prototype (1971) y la línea deportiva con Hyperbole (1970), antes de lanzar en 1973 Courrèges homme.

Fiel a su estilo, se mantuvo al margen tanto del movimiento de desestructuración de los años setenta como de las tentaciones barrocas o exóticas de los años ochenta, convirtiéndose, en cambio, en el promotor de un estilo global que se centró en el prêt-à-porter y en el diseño para el hogar, abandonando la alta costura. Cuando finalizó su contrato con el grupo japonés Itokin, decidió reanudar su relación con la alta costura y confió el diseño de sus colecciones de 1994 y 1995 a Jean-Charles de Castelbajac. También creó perfumes, como Empreinte (1971) y Sweet Courrèges (1993).

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].