Alfred Bruneau

(París, 1857-1934) Compositor francés. Nacido en el seno de una familia aficionada al arte (su madre había estudiado con el pintor Camille Corot y su padre había fundado en París una casa editorial que publicó muchos trabajos de la escuela franckiana), Alfred Bruneau se matriculó a los dieciséis años en el Conservatorio.


Alfred Bruneau

Fue allí alumno de Franchomme para el violín, de Savard para la armonía y más tarde de Massenet para la composición; recibió además los consejos de César Franck. En 1881 quedó en segundo lugar en el Prix de Rome. Desde 1889 fue redactor musical de varios periódicos y diarios parisienses, actividad que prosiguió durante más de cuarenta años, extrayendo de ello materia para diversos volúmenes no exentos de interés crítico.

A los veintiún años intentaba ya la forma escénica con una Jeanne d'Arc; a los treinta y cuatro, con El sueño (de la novela de Émile Zola), representado en la Opéra Comique en 1891, ganó el asentimiento del público parisiense para una nueva orientación teatral que, recogida después por Gustave Charpentier, dio a Francia una ópera naturalista alejada de la lección de Carmen. Pero posteriormente, mientras la constante colaboración con Émile Zola exageraba el aspecto polémico de sus trabajos acentuando la tentativa "naturalista", la invención musical no tenía ya una paralela coherencia.

Renunciando algunas veces también a la versificación por la prosa, Alfred Bruneau puso música entre 1893 y 1916 a otros seis libros de Zola: L'attaque du moulin (que superó el éxito de El sueño), Méssidor, L'ouragan, L'enfant Roi, Naïs Micoulin y Les quattre journées, a las que se añadieron la música de escena para La falta del abate Mouret y un Lazare inédito. La muerte de su inspirador, por el que sintió siempre una profunda devoción, no le indujo a abandonar el teatro.

Sin embargo, tanto los temas que eligió, estrictamente melodramáticos (como el drama de Victor Hugo Angelo, tirano de Padua, que había sido también la base de La Gioconda de Amilcare Ponchielli), como las tentativas de intromisión en el campo cómico con Le Roi Candaule (1921) y Virginie (1931), indican que Bruneau había agotado sus razones creadoras, vinculadas a una época ya pasada.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].