Bernard Bosanquet
(Rock Hall, 1848 - Londres, 1923) Filósofo inglés. Estudió filosofía en Oxford, donde tuvo como maestro a Thomas Hill Green, quien lo orientó hacia el idealismo neohegeliano. Después de licenciarse, fue profesor en el University College de Oxford.
Bernard Bosanquet
Casi contemporáneo de F. H. Bradley, puede considerarse a Bernard Bosanquet como un seguidor suyo, salvo que, mientras Bradley acentúa la trascendencia de la realidad absoluta a su apariencia fenoménica, Bosanquet da mayor relieve a la inmanencia de ella en el mundo de la experiencia. Por otra parte, Bosanquet fue un escritor más fecundo y escribió sobre las más variadas materias, por lo que fue el representante más conocido de la escuela en Inglaterra entre finales del siglo XIX y primeros años del XX.
Fallecido su padre en 1880 y habiendo entrado en posesión de una renta suficiente, Bernard Bosanquet abandonó la vida universitaria de Oxford, que le parecía demasiado "claustral", y se trasladó a Londres, donde podía encontrar un ambiente más adecuado a su vida y a los problemas ético-sociales; su carácter se vio siempre dominado por esta nota de introducción y casi de misión que había de tener la filosofía para él.
En Londres continuó trabajando en sus problemas filosóficos: publicó, entre otras obras, dos volúmenes de Lógica en 1888, una Historia de la estética en 1892 y una Teoría filosófica del Estado en 1899. Para librarse de los excesivos compromisos que tenía en Londres, aceptó la cátedra de moral de la Universidad de St. Andrews en Escocia (1903-1908), y dio en 1911 y en 1912 el curso de las "Gifford Lectures" en Edimburgo, del que nacieron las dos publicaciones que figuran entre sus mejores trabajos, El principio de la individualidad y del valor y El valor y el destino del individuo. No se avino con el pensamiento idealista italiano ni tampoco, después, quiso aceptar el realismo de las corrientes que habían aflorado en Inglaterra y en los Estados Unidos. Así nació su volumen Coincidencia de los extremos en la filosofía contemporánea.
Entre sus conceptos fundamentales se encuentra la idea de la sistematicidad de la realidad: todo hecho implica otros y viceversa, de modo que cada uno se trasciende a sí mismo hacia la totalidad. El universal concreto es absoluto, y el individuo humano posee una individualidad sólo parcial, limitada. El único individuo verdadero sería el Absoluto. En la práctica, por encima del individuo está la "persona moral", representada por la sociedad y por el Estado. De aquí surge una ética del dominio de sí, contra el individualismo. Su estética no es muy original, pero tiene el mérito de ser pionera en la cultura filosófica anglosajona.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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