Familia Bonifás
Familia de escultores de origen francés que desarrollaron su actividad en Cataluña en los siglos XVII y XVIII. Considerada como la más importante del barroco catalán, la saga se inicia con Luis Bonifás el Viejo, quien, procedente de Marsella, se estableció en Barcelona en 1676 y fue uno de los introductores de la corriente del barroco clasicista francés, que se difundió en Cataluña a finales del siglo XVII. Su apellido y el de sus descendientes fluctúa según la lengua (castellano, catalán, francés), de modo que los miembros de la estirpe son también designados como Bonifaç, Bonifaz o Bonifaci.
Luis Bonifás el Viejo llevó a cabo en 1678 la talla de San Pablo del patio de la Casa de la Convalecencia de la ciudad, en piedra policromada, que realizó junto con otros encargos para la misma institución que no se han conservado y entre los que se ha incluido el retablo de la capilla. Contrató en 1687 la figura de Santa Eulalia para el obelisco que Lázaro Tramulles levantó en la plaza del Pedró de Barcelona, también destruido, y un año después la imagen de Santa Magdalena para la catedral de la ciudad.
Estatua de San Pablo (1678) en la Casa de la Convalecencia de Barcelona
En la década de 1690 trasladó su taller a Valls (Tarragona), donde labró el retablo de San Pablo (1693). El mismo año recibió el encargo del retablo de San Isidro para Arbeca (Lérida) y tres años después el de la caja del órgano de La Selva del Camp (Tarragona), destruido, que dejó sin acabar a su muerte, acaecida en 1697 en Riudoms (Tarragona), donde se encontraba trabajando en el retablo del Rosario.
Su hijo Luis Bonifás Sastre (Barcelona, 1683 - Valls, 1765) se formó con Lázaro Tramulles, instaló su taller en Valls en 1706 y adquirió prestigio como escultor; ocupó además el cargo de regidor del concejo de esa localidad. Trabajó en Barcelona entre 1709 y 1717 y regresó a Valls, donde realizó el retablo de San Marcos (1720) y parte del de La Candela (1772). Es autor de los retablos de la cartuja de Scala Dei (1721), el de las Ánimas para Guardia dels Prats (1735) y el mayor de Riudecols (1741), todos ellos en Tarragona.
Luis Bonifás Sastre inició en Valls una escuela de escultura que alcanzaría su época de mayor auge con su nieto Luis, a quien formó. En 1763 elaboró un memorial con motivo del ingreso de este último en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid). Su hijo Baltasar Bonifás Anglés (Valls, 1709-1747) trabajó como escultor y pintor en el taller de su padre y llevó a cabo diseños para monumentos, como el de Santa María en Liadó (Gerona, 1743).
El escultor, ensamblador y pintor Luis Bonifás Massó (Valls, 1730-1786) era nieto de Luis Bonifás e hijo de Baltasar Bonifás. Luis Bonifás Massó es el miembro más destacado de la dinastía y la figura principal del barroco catalán. Su producción se inscribe en la última etapa del estilo rococó, con inclusión en algunas de sus obras de elementos academicistas procedentes de las primeras corrientes del Neoclasicismo.
Tras su etapa de formación en el taller de su abuelo, Luis Bonifás Massó inició su actividad como artista independiente con la realización, en 1755, de la talla de San Miguel de la parroquia de San Miguel del Puerto, en la Barceloneta (Barcelona), encargada por Jaime Miguel de Guzmán-Dávalos, marqués de la Mina, y desgraciadamente no conservada. Al año siguiente llevó a cabo el camarín del Santuario de Nuestra Señora de la Misericordia de Reus (Tarragona). De la década siguiente son los retablos de San Miguel en Almoster (Tarragona), Santas Espinas en Tárrega, San Ignacio en La Granadella (Lérida) y el de la Virgen de la Victoria (1762) en Valls.
San Sebastián curado por Santa Irene y y Santa Lucina (1762)
Artista prolífico, se le atribuyen casi medio centenar de retablos, de los que en algunos casos se conservan las trazas, así como tallas exentas, pasos procesionales y moldes de esculturas para su ejecución en plata, aunque en su mayoría fueron destruidos durante la Guerra Civil (1936-1939). En 1763 presentó a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el relieve San Sebastián curado por Santa Irene y Santa Lucina, en alabastro, que le hizo merecedor del nombramiento de académico honorífico.
El porte neoclásico no convenía a los gustos de las parroquias y gremios encargantes de la mayor parte de sus obras, por lo que los retablos y pasos procesionales fueron realizados con los elementos expresivistas y dramáticos propios del barroco. Así, en 1764 inició el retablo mayor de Cubells (Lérida) y el de la Virgen de Paretdelgada y el paso de Cristo atado a la Columna para La Selva del Camp, que junto con el del Descendimiento que realizó (1766) para el gremio de cordeleros de Valls y el de la Soledad (1775), en la misma localidad, son las obras más significativas de su producción conservada.
Destacan también los retablos de la ermita de los Remedios de Alcover (1766, Tarragona), San Alejo (1769) y la Virgen de los Dolores (1779) en Valls y los de L'Arboç, Vimbodí, L'Aleixar y Riudecols, todos ellos en Tarragona, así como la escultura de San Antonio de la capilla de la Venerable Orden Tercera de Madrid, las de Virgen con Niño y San Juan con Jesús Niño del Museo de Arte de Cataluña y el grupo de La Asunción (1773) en la catedral de Gerona.
Entre 1775 y 1779 llevó a cabo la sillería de coro de la catedral nueva de Lérida, destruida en 1936, su obra más importante y la más destacada del arte del siglo XVIII en Cataluña. Constaba de más de ciento cincuenta relieves que conjugaron el gusto barroco de las imágenes con las nuevas corrientes neoclásicas en la estructura. Colaborador de Miguel Sors y Agustín Salas en algunas de sus obras, Luis Bonifás Massó continuó la actividad de la escuela de escultura fundada por su abuelo, cuyo prestigio atrajo a discípulos de otras zonas de Cataluña; entre sus seguidores destaca Ramón Amadeu.
El escultor Francisco Bonifás Massó (Valls, 1735 - Tarragona, 1806), hermano de Luis, también se formó en el taller del abuelo. Se instaló en Tarragona y en 1759 le fueron encargados los dibujos de planos y alzados del circo y el anfiteatro romanos, de interés para su conocimiento arqueológico. Colaboró con su hermano en las esculturas del camarín del santuario de la Misericordia en Reus y en el retablo de Sarral (Tarragona), donde llevó a cabo las labores ornamentales junto con Isidro Espinal.
Francisco Bonifás es autor de los retablos de San Francisco en Sant Martí de Maldá (1762, Lérida), Santo Cristo de El Morell (1766, Tarragona), San Olegario, San Agustín y San Miguel de la catedral de Tarragona, Santa Rosalía en Torredembarra (Tarragona) y San Isidro, San Roque y San Pelegrín de la catedral nueva de Lérida, ejecutados entre 1775 y 1785 y destruidos en 1936, destacables por su modernidad en el empleo de elementos neoclásicos. Su última obra conocida es el retablo mayor de la iglesia de los carmelitanos o Josepets de Vilanova i la Geltrú (1795, Barcelona). El relieve de San Carlos Borromeo atendiendo a los afectados en la peste de Milán le valió en 1771 el ingreso como académico de mérito en la Real Academia de San Fernando.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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