Étienne de La Boétie
(Sarlat, 1530 - Germignan, cerca del Taillan-Médoc, 1563) Escritor francés. Fue gran amigo de Montaigne. Autor de sonetos, de versos en latín y de traducciones de Jenofonte y de Plutarco, su principal obra es El contra uno o Discurso de la servidumbre voluntaria (1576), inspirado en las ideas de los antiguos acerca de la libertad y en contra de la tiranía.
Étienne de La Boétie
Habiendo perdido a su padre, lugarteniente del rey, en el sitio de Sarlat, Étienne de La Boétie fue acogido, siendo todavía un niño, por su tío Étienne, párroco de Bouilhonnas. Estudió derecho en Orleáns y se graduó el 23 de septiembre de 1553; el 13 de octubre del mismo año fue nombrado consejero en el Parlamento de Burdeos tras una dispensa particular, puesto que no llegaba todavía a la edad requerida para el desempeño de tal cargo.
En poco tiempo se atrajo el aprecio general, y se le confiaron varias misiones: en 1560 expuso a sus colegas las intenciones del gobierno respecto del edicto de Romorantin, que el Parlamento de Burdeos no quería ratificar; en 1561 acompañó al lugarteniente general del rey de Burie a Agens, a fin de restablecer allí el orden; en 1562 fue designado junto con otros once consejeros para acudir, cada uno de ellos al frente de cien hombres, en defensa de la ciudad de Bergerac, atacada por los reformistas.
En 1557 se reunió en el Parlamento de Burdeos la "cour des aides" (tribunal de los impuestos), a la que pertenecía Montaigne. Empezó con ello la amistad entre los dos personajes. La Boétie fue un sabio consejero de aquél, dos años menor y con un carácter menos firme, y Montaigne se lo agradeció dedicándole un emotivo retrato en los Ensayos y publicando la obra más famosa de La Boétie: El contra uno o Discurso de la servidumbre voluntaria (Le contre un, ou Discours de la servitude volontaire).
Compuesto en 1546 o en 1548, rehecho según parece en 1550 y publicado en 1576, el Discurso de la servidumbre voluntaria es una requisitoria moral y jurídica contra el tirano y, sobre todo, contra los que le sirven. La libertad, institución natural y divina, es el mayor de los bienes; sin embargo, como observa La Boétie en esta obra, y en contra de la ley del instinto por el que todos los seres desean su propio bien, los hombres demuestran no apreciar la libertad. En efecto, en tanto que los brutos se rebelan ante la servidumbre, los hombres se someten voluntariamente a los tiranos. Asistimos así al triste espectáculo de millones de seres inteligentes que, aun siendo infinitamente más fuertes que un solo déspota, se hacen cómplices de él, y le ofrecen su poder, su brazo y su vida como instrumentos de vejación y de expoliación.
Este hecho paradójico se explica, según La Boétie, por la fuerza de la costumbre que ha pervertido a la naturaleza, haciendo así que los hombres no se acuerden de su dignidad. El mecanismo secreto sobre el que se apoya la fuerza del tirano es la ayuda de pocos cómplices interesados, sostenidos, a su vez, por sus propios sostenedores. Pero estos sostenedores de los tiranos se equivocan en sus cálculos: la historia está llena de ejemplos que demuestran la ingratitud de los tiranos para con sus instrumentos, contra los cuales, en el momento oportuno, acaba desahogándose el odio de los oprimidos con mayor acritud. El Discurso de la servidumbre voluntaria, nutrido de espíritu y de recuerdos clásicos, más que de experiencias de hechos contemporáneos, no hace una distinción neta entre poder legítimo e ilegítimo, ni habla de remedios para mejorar la realidad, sosteniéndose a distancia de las polémicas de su tiempo.
Étienne de La Boétie dejó además otros textos, entre ellos veintinueve sonetos a Dordogne (una amiga que desconocemos), considerados entre los más elegantes de la lengua francesa por la feliz conjunción de la tradición lírica iniciada por Petrarca y la llaneza de su realismo. Otros títulos de su producción son Historique description du solitaire et sauvage pays de Médoc (dans le Bourdelois) (Burdeos, 1593) y Mémoires de nos troubles sur l'édit de janvier 1562 (obra publicada en 1917), en las que expone en parte las ideas de El contra uno. Buen humanista, tradujo a Jenofonte, Aristóteles y Plutarco.
Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet].
Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en
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