Davidson Black
(Toronto, 1884 - Pekín, 1934) Anatómico y paleontólogo canadiense. Davidson Black alcanzó fama mundial al presentar a la comunidad científica uno de los más grandes hallazgos paleontológicos: los restos del llamado Hombre de Pekín, encontrados en 1927 en las cuevas de Zhoukoutien, cerca de la capital china.
Davidson Black
Durante su juventud se convirtió en un experto canoísta, por lo que aprovechaba sus vacaciones de verano para trabajar en el transporte de mercancías a largas distancias en canoa para la compañía Hudson Bay. En estos viajes entró en contacto con las poblaciones indias del interior del país y aprendió su idioma. Estudió medicina en la Universidad de Toronto, donde obtuvo su licenciatura en 1906. Posteriormente viajó a Gran Bretaña para estudiar anatomía comparada en la Universidad de Manchester.
En 1909 comenzó a ejercer como lector de anatomía en la universidad estadounidense de la Reserva Occidental de Cleveland en Ohio; en 1913 obtuvo el cargo de profesor asistente. Se tomó un año sabático en 1914, período que aprovechó para trabajar en Inglaterra con el famoso neuroanatomista Grafton Elliot Smith, quien se encontraba revisando el material encontrado en Piltdown. Junto a Smith comenzó a interesarse por la evolución humana.
En 1917 abandonó la universidad para unirse al cuerpo médico de las Fuerzas Expedicionarias Canadienses que participaron en la Primera Guerra Mundial. Invitado por la Unión Médica Colegiada de Pekín, en 1919 viajó a China para impartir clases de neurología y embriología; Davidson Black recibió la invitación con entusiasmo, ya que estaba convencido de que los seres humanos tenían su origen en Asia Central y que él sería el descubridor de los restos que lo demostrarían. El antropólogo, al poco de su llegada, quiso iniciar la búsqueda de fósiles de ancestros humanos, pero la Unión Medica no apoyó sus intenciones y prefirió que se centrara en sus labores médicas.
Finalmente logró la autorización de sus superiores y emprendió sus investigaciones paleontológicas en Sehol y Taihdia, localidades del norte de China. Obtuvo una cátedra en la Facultad de Pekín, pero siguió centrándose en la búsqueda de restos fósiles en los yacimientos del país. En 1926, mientras planeaba una expedición a Asia Central, recibió noticias de que dos dientes fósiles, aparentemente humanos, habían sido encontrados en Zhoukoutien, en las cercanías de Pekín. Black reconoció la importancia filogenética de estos restos, que podrían pertenecer a una nueva especie de homínido previamente desconocida.
Con el fin de continuar con las excavaciones en el lugar y encontrar mas fósiles humanos buscó financiación en occidente. Recibió una generosa subvención de la Fundación Rockefeller que le permitió iniciar las excavaciones en 1927. Logró reunir un equipo internacional formado por científicos procedentes de seis países diferentes. Poco después de iniciarse los trabajos se encontró un nuevo diente, que venía a confirmar la autenticidad de los hallados anteriormente.
Davidson Black consideró que pertenecía a una nueva especie y género de antepasado del hombre, al que bautizó con el hombre de Sinanthropus Pekinensis ('Hombre de Pekín'). Sin embargo, basaba su tesis en muy pocos hallazgos materiales, por lo que muchos investigadores se mostraron escépticos sobre la existencia de una nueva especie. Para convencer a la comunidad internacional realizó un viaje por las principales ciudades europeas. Mientras se encontraba fuera de China fue encontrada en la cueva de Zhoukoutien la mitad de una mandíbula inferior con tres dientes en su sitio.
Finalmente, la teoría de la existencia de restos humanos primitivos fue confirmada el 2 de diciembre de 1929, cuando el director del Instituto de Paleontología de Vertebrados de Pekín, que dirigía las excavaciones en ausencia de Black, encontró el primer cráneo del Hombre de Pekín; ese mismo año se descubrió un segundo cráneo. Durante los siguientes años se dedicó a publicar la descripción de los fósiles del Hombre de Pekín en una memoria sobre la morfología y medio ambiente de esos homínidos.
Gracias a sus estudios descubrió que los restos eran muy parecidos a los del hombre de Java encontrados por Eugène Dubois, lo que confirmaba que el Hombre de Pekín era un homínido pre-humano. Todas las piezas de los cráneos estaban rotas en pequeños fragmentos y no se encontró ninguna extremidad. A todos los cráneos les faltaba la superficie inferior de la caja craneana, lo que fue explicado por Black y algunos investigadores con la teoría de que el Hombre de Pekín era caníbal y se alimentaba de los sesos de su congéneres fallecidos. Posteriormente se demostró que el Hombre de Pekín pertenecía a la especie Homo erectus.
Black volvió a viajar a Europa en 1930 para presentar sus hallazgos, que en esta ocasión tuvieron una mejor acogida. Gracias a sus trabajos fue elegido miembro de la Royal Society. Sin embargo, su salud se fue deteriorando a causa de un defecto congénito en el corazón, que se vio agravado por exceso de trabajo. Tras permanecer ingresado seis semanas, a comienzos de 1934 recuperó su duro ritmo de trabajo. Pero en marzo de 1934, cuando sólo contaba con 49 años de edad, murió de un ataque al corazón mientras estaba trabajando solo de noche en su oficina.
Los trabajos en Zhoukoutien fueron continuados bajo la dirección de Franz Weidenreich, quien no realizó ninguna publicación sobre los numerosos hallazgos que siguieron apareciendo durante los siguientes cinco años. Todos los fósiles del Hombre de Pekín se perdieron misteriosamente en Hawai durante la década de 1940, por lo que hoy es imposible estudiar los restos originales.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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