José Álvarez Cubero

(Priego de Córdoba, 1768 - Madrid, 1827) Escultor español cuya obra, inmersa en la estética neoclásica, estuvo influida por la escultura helenística y por la retratística romana. Trabajó en París, donde realizó prácticas de disección para perfeccionar sus estudios de anatomía; residió asimismo en Roma y conoció a Antonio Canova, quien le determinó a realizar sus esculturas rigurosamente neoclásicas. Su obra maestra es La defensa de Zaragoza (1824).


José Álvarez Cubero

La profesión de su padre, Domingo Álvarez (cantero), y la de su padrino Álvarez de Pedrajas (marmolista), al que ayudó en sus trabajos en la Cartuja de El Paular, favorecieron su temprana afición a la escultura. Estudió dibujo en Córdoba con el pintor Antonio María Monroy y, gracias a la protección de Antonio Caballero y Góngora, obispo de Córdoba, pudo proseguir su formación en el taller del escultor Michel Verdiguier.

Establecido luego en Madrid, el mecenazgo del obispo Caballero le permitió ingresar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1794. Tres años después recibió un primer premio de escultura que implicaba una beca de doce mil reales para continuar sus estudios en París. Trabajó allí con el escultor francés Claude Dejeux y acudió a las disecciones que se practicaban en el Colegio de Medicina de la capital francesa. En la Exposición de París de 1804 recibió de Napoleón Bonaparte la medalla de oro por su obra Ganímedes.

En 1805 se trasladó a Roma, donde esculpió encargos de la Casa Real y la nobleza españolas, así como la más conocida de sus obras: la escultura alegórica La defensa de Zaragoza (Casón del Buen Retiro, Madrid), que trató de adquirir el entonces emperador austríaco Francisco II tras su visita al taller romano del escultor, acompañado de Klemens de Metternich. Inspirada en la defensa de esa ciudad durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) y conocida también como Joven guerrero defendiendo a su padre o Néstor y Antíloco, fue modelada en yeso y expuesta en Roma en el otoño de 1818 y esculpida en mármol en 1824.


Diana (1809-1815), de Álvarez Cubero

En 1808, iniciada ya la Guerra de la Independencia contra la invasión napoleónica, José Álvarez Cubero se mostró contrario a la entronización de José I Bonaparte, por lo que fue encarcelado en el castillo de Sant'Angelo y puesto en libertad tras la intercesión de su amigo y también escultor Antonio Canova. Presionado por Napoleón, Álvarez Cubero accedió a labrar cuatro bajorrelieves inspirados en temas históricos romanos, conocidos como Ensueños de la Antigüedad y titulados Patroclo se aparece en sueños a Aquiles, Leónidas en el paso de las Termópilas, Julio César ve iluminadas sus armas por un resplandor celestial y Cicerón sueña con Júpiter Capitolino; estaban destinados a decorar las habitaciones del emperador en el palacio El Quirinal, aunque nunca fueron colocados. En 1837 se comenzó a preparar una edición gráfica de las obras de Álvarez Cubero en la que se iban a incluir quince láminas sobre los citados bajorrelieves, dibujadas por Pablo Guglielmi y grabadas por Francisco Garzoli, pero fueron robadas dos años más tarde.

Nombrado escultor de cámara por Fernando VII en 1816, Álvarez Cubero fue designado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando durante una corta estancia en España en 1819 y sucedió a José Ginés en el cargo de primer escultor de la Corte en 1823. Falleció en Madrid en 1827, un año después de su regreso a España.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].