Lisandro Alvarado
(El Tocuyo, 1858 - Valencia, Venezuela, 1931) Polígrafo venezolano. Médico de profesión y positivista de formación, recorrió su país recogiendo datos de la más diversa índole. Su vasta producción ensayística incluye obras de lexicografía, etnografía, historia y psicología, entre otras materias.
Lisandro Alvarado
La escuela de pensamiento (por llamarla de algún modo) fundada por Adolfo Ernst y Rafael Villavicencio en la Universidad Central de Venezuela redundaría en la conformación de una generación que, como Lisandro Alvarado, incorporó las bases racionales del pensamiento positivista y las transformó en pródiga obra científica. Las fechas del encuentro de Alvarado con este atractivo esquema filosófico y método experimental datan de su llegada a Caracas en 1878 y coinciden con los estudios de medicina que, con veinte años, inició en esa ciudad.
Lisandro Alvarado procedía de la ciudad de Nuestra Señora de El Tocuyo, en el estado Lara, donde había nacido y crecido junto a sus padres: Rafael Alvarado y Gracia Benigna Marchena. Se había formado como bachiller en filosofía en el colegio nacional de varones de Trujillo, y previamente en la escuela primaria del colegio La Concordia de El Tocuyo. Algunos artículos en El Aura Juvenil de esa ciudad, fundado y dirigido por su compañero José Gil Fortoul, y su desempeño laboral tras el mostrador de una farmacia en Barquisimeto precederían a su traslado a la capital.
Alvarado formó parte de la generación que rechazaba la mediocridad intelectual que se vivió durante la dictadura de Juan Vicente Gómez (1908-1935). Junto a Zumeta, Revenga y López Méndez, participó en la Sociedad de Amigos del Saber, y tuvo como figura emblemática de maestro erudito a Cecilio Acosta. Sin embargo, las agresiones en contra de la Iglesia provocaron un posicionamiento político de Alvarado a favor del clero y un rechazo, por asociación, a todas las corrientes racionalistas que se profesaban en la universidad. Mientras todo esto iba sucediendo, Lisandro Alvarado obtenía los títulos respectivos de bachiller y doctor en medicina en 1884.
En Ospino (Portuguesa) inició Alvarado su recorrido de filántropo: ejerció la medicina y viajó por casi todo el territorio en reconocimiento exploratorio de su naturaleza y su cultura. Contrajo matrimonio mientras tanto con Amalia Rosa Acosta Zubillaga, con quien tuvo siete hijos. Ya para 1888 se encargó de la medicatura rural de Guanare y fue rector del colegio nacional de esa ciudad. Un Congreso de Higiene y Demografía, celebrado en Londres en 1891, lo nombró miembro del Consejo Honorario Extranjero; ya había estado en ese país en calidad de cónsul en Southampton, en 1890. Al regresar a Venezuela fue nombrado Cirujano Mayor del Ejército del Centro.
Entre finales y comienzos de siglo despuntó su labor ensayística en El Cojo Ilustrado, y posteriormente en De Re Indica (la cual edita junto con Julio Salas) y en la revista Cultura venezolana. Inició su empresa lexicográfica con la publicación, en 1903, de Ideas sobre la evolución del español en Venezuela. Posteriormente vendrían las condecoraciones y los reconocimientos: Orden Libertador en su tercera clase, Miembro Honorario Extranjero de la Sociedad Americana de París, individuo de número de las Academias Nacionales de la Lengua y de la Historia, Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica, Medalla de Honor de la Instrucción Pública en Caracas.
Ocho volúmenes componen el legado de Lisandro Alvarado, imposible de catalogar dentro de un solo estamento disciplinario, gran conocedor tanto de idiomas como de geografía, historia y botánica. Con el objeto de "explicar las voces regionales ordinarias en Venezuela y no admitidas por la Academia Española", Alvarado emprendió una tarea de observación y reflexión de la lengua en Venezuela cuyo resultado fueron los tomos Glosario del bajo español en Venezuela, Glosario de voces indígenas de Venezuela y Alteraciones fonéticas del español en Venezuela. Tal obra lexicográfica es, en palabras de Pedro Grases, "la de más significación y trascendencia en la historia de la filología venezolana"; en ella objetivó y diseccionó en coordenadas muy particulares los escenarios del habla (Oriente, Occidente, Cordillera, Llanos Altos y Bajos) y la taxonomía de sus usos lingüísticos: "acepciones especiales", "neologismos y arcaicismos", "voces con orígenes indígenas".
Consideraba Alvarado que "la distribución geográfica de las palabras dialécticas interesa bastante al porvenir de la lengua española, tanto que una perseverante atención de la Academia de la Lengua nunca estará en demasía". Miembro de una generación que también participó del contagio positivista (César Zumeta, Gil Fortoul, Vallenilla Lanz, Luis Razetti, José Antonio Calcaño), inauguró para Venezuela el concepto de "ensayo"; así, Alvarado también reflexionó sobre todos los temas del momento (América, la historia, la biología, la filosofía) y supo aportar también sabiduría a la política nacional; sus ensayos Neurosis de hombres célebres de Venezuela, Sobre las guerras civiles del país y Observaciones sobre la revolución de 1810 en Venezuela recrean el carácter versátil de su elección temática.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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