Alceo
(Siglo VII a.C.) Poeta lírico griego. Aristócrata y contemporáneo de la poetisa Safo, participó en las luchas políticas de su tiempo. Condenado al exilio, viajó a Egipto y a Tracia. Es autor de himnos, de epigramas y de odas escritos en dialecto eólico, de los que se conservan sólo fragmentos. Su personal lirismo se plasma en la vivacidad de la forma métrica que lleva su nombre y que Horacio adaptó a la métrica latina.
Alceo y Safo
Junto a Safo y Arión, Alceo de Mitilene es uno de los tres representantes más notables de la escuela poética eólica. Miembro de la aristocracia, se comprometió en las discordias políticas entre los diferentes clanes de nobles que se disputaban el gobierno de Mitilene, y su participación en un fracasado complot le obligó a huir desterrado.
Alceo ha perdurado como el poeta de la guerra, de la lucha encarnizada contra la tiranía. No obstante, sus acciones no siempre fueron gloriosas: en una epístola a su amigo Melanipo anunciándole que ha podido salvar la vida, él mismo recuerda cómo se ha visto obligado a abandonar el escudo en manos del enemigo (motivo este ya utilizado antes por Arquíloco).
Hasta época más o menos reciente, la obra de Alceo de Mitilene sólo era conocida por las citas de autores posteriores, pero el descubrimiento en el siglo XX de papiros egipcios con fragmentos de sus poemas ha permitido conocer parte de la misma, compuesta por cantos líricos, principalmente monodias, en estrofas de dos a cuatro versos.
El hecho de que prestigiosos filólogos alejandrinos como Aristarco de Samotracia editaran sus poemas en diez libros, así como los comentarios existentes en los fragmentos encontrados, prueban que Alceo de Mitilene fue un poeta importante y muy estudiado. Los eruditos de la Antigüedad lo incluyeron en el canon de los nueve líricos ejemplares. Posteriormente fue redescubierto por Horacio, que adaptó muchos de sus poemas a la poesía latina e imitó y modificó varios temas alcaicos en su propia obra.
Además de sus muchas canciones de motivos "revolucionarios", también compuso poemas amorosos perdidos en su casi totalidad, poemas convivales (de banquete) e himnos a los dioses. Su poesía, vinculada a la tradición de Homero, de la que tomó varios temas, emplea pocas imágenes, si bien en ciertas composiciones de carácter político hace uso de alegorías, como la tan célebre de la nave del Estado sacudida por la tormenta, que tomó de Arquíloco. Horacio imitó esta composición en sus Odas, lo que confirió a la imagen un prestigio secular.
Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet].
Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en
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