Aleksander Fredro

(Suchorów, 1793 - Lvov, 1876) Dramaturgo polaco considerado el creador de la comedia polaca, autor de obras como El señor Geldhab (1818) y El viajero (1835). Hijo de una ilustre y noble familia, se unió todavía muy joven a los ejércitos napoleónicos contra los rusos; hecho prisionero, se evadió y reanudó el servicio de las armas hasta 1814. Acerca de este agitado período dejó un Diario que tuvo mucho éxito. Terminada la guerra, se retiró a sus posesiones y empezó a escribir para el teatro. Su primera comedia, El señor Geldhab, fue representada en 1821.


Aleksander Fredro

En 1824 estuvo en Italia, donde conoció las obras teatrales de Carlo Goldoni. De 1830 a 1835 escribió numerosas comedias en prosa y verso; no obstante, molesto por la incomprensión de los críticos, abandonó tal actividad, que no reanudaría hasta los años de su vejez. Fue diputado del Seim de Galitzia durante algún tiempo. En 1848, al estallar la revolución húngara, su hijo se unió a los combatientes y Fredro hubo de huir para evitar represalias. Vuelto más tarde a la patria, se retiró a Lvov. En 1875 recibió el homenaje de toda Polonia.

Sus treinta y cinco lozanas y animadas comedias le han valido un puesto de primera categoría en la historia del teatro polaco; entre las mejores cabe citar El señor Jowialski (1832), El señor Benet (1861), y, singularmente, Votos de muchachas (1833) y La venganza (1834). La primera de ellas, Votos de muchachas, lleva el subtítulo "El magnetismo del corazón" y es casi contemporánea de La venganza, pero esta comedia en cinco actos es una obra de genial poesía por la delicadeza de sus sentimientos, su sosegado buen sentido, la naturalidad de sus tipos y situaciones y la fresca agudeza de su diálogo; La venganza, en cambio, está llena de una irresistible "vis cómica" un poco truculenta.

En Votos de muchachas, el joven Gustavo está invitado en la casa de campo de la señora Dobrojska, preparándose para casarse con la hila de ésta, Angiola, conforme a antiguos planes familiares. Se encuentra allí también la sobrina del ama de la casa, Clara, amada desde hace ya dos años, y sin esperanza, por el joven Albino, figura algo caricaturesca por su exceso de sentimentalismo y por su quejosa verbosidad. Gustavo, seguro de su victoria, no se da ningún trabajo para conquistar el amor de Angiola, y se comporta con cierta fatuidad, que está a punto de enajenarle las simpatías del ama de la casa y de la joven; pero en el fondo ama a Angiola y está lleno de iniciativa y de ímpetu. Cuando se entera de que las dos jóvenes han hecho voto de no casarse y de odiar toda su vida a los hombres, el inesperado obstáculo se convierte para Gustavo en estímulo para su sentimiento y su energía.

Entre las obras de Aleksander Fredro, estimado como el mayor comediógrafo de Polonia y quizás del mundo eslavo, La venganza ocupa uno de los primeros lugares; es una de las más sabrosas evocaciones de la Polonia del siglo XVIII, con pintorescos y truculentos tipos de magnates y de pequeños nobles. Protagonizan la obra el copero Raptusiewicz y el notario Milczek, dos irreconciliables enemigos que presentan temperamentos diametralmente opuestos. El viejo solterón Raptusiewicz, tío y tutor de la joven y rica Clara, quisiera casarse con la viuda Podstolina; por otro lado, Clara ama al joven Waclav, hijo del notario. Los dos jóvenes están separados por la enemistad de los ancianos, que desde hace años sostienen un pleito por unas lindes.

Conforme avanza la obra el litigio se va haciendo cada vez más áspero, pero finalmente todo acaba con una reconciliación. La plástica y continua comicidad, la construcción perfecta, el final feliz y natural y el encanto de la forma poética hacen de La venganza una comedia digna de figurar al lado de algunas obras maestras de Molière y de Goldoni, cuya obra Fredro conoció en Italia y a cuyo arte debe indudablemente alguna que otra sugerencia.

Cómo citar este artículo:
Tamaro, Elena y Fernández, Tomás. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].