Philippe de Champaigne
(Bruselas, 1602 - París, 1674) Pintor francés de origen flamenco. Se formó en su Bruselas natal, pero en 1621 se trasladó a París y algunos años más tarde se nacionalizó súbdito francés. Fue el retratista más famoso y brillante de la Francia del siglo XVII, al servicio de Luis XIII y de María de Médicis. Se le recuerda especialmente por un Autorretrato, conocido a través de copias, y por dos retratos del Cardenal Richelieu, del que transmite la esencia de la personalidad renunciando al esteticismo y el ennoblecimiento característicos del retrato barroco. También se le deben obras religiosas, en particular para el convento jansenista de Port-Royal, secta que ejerció una gran influencia en él hacia el final de su vida, y también en su hija, que fue monja. En los últimos años, la nota dominante de su estilo fue la austeridad.
Philippe de Champaigne
Frente a la pintura francesa del segundo tercio de siglo, que toma lo italiano como modelo, la obra de Philippe de Champaigne se relaciona más con las propuestas de la pintura flamenca de Rubens y, particularmente, de Van Dyck. Nacido en Bruselas, a los diecinueve años se trasladó a París, donde llegó a ser el pintor preferido del cardenal Richelieu. Éste lo contrató para decorar una galería del Palais Royal (hacia 1634) y los frescos de la cúpula de la Sorbona (1641-1644), además de encomendarle su propio retrato (1635-1640, National Gallery, Londres). En éste, la influencia de Van Dyck se evidencia en el tratamiento de los ropajes, así como en la pose elegante del retratado, desprovisto de cualquier símbolo, a no ser su birrete cardenalicio.
En sus obras religiosas atemperó el movimiento de Rubens y se decantó hacia un colorido frío que racionaliza y distancia la escena. Sus contactos con los jansenistas de Port-Royal, iniciados en 1643, hicieron aún más austeras sus composiciones, como puede verse en el magnífico retrato de grupo de Los regidores de la villa de París (1648, Museo del Louvre, París).
Detalle de La Anunciación (c. 1648)
Sin embargo, las dos obras que mejor resumen su sentimiento religioso son La Anunciación (hacia 1648, Wallace Collection, Londres) y el Exvoto (1662, Museo del Louvre, París). En ambas se pone de manifiesto la filosofía jansenista basada en la gracia divina: para Jansenio, el hombre se salvaría si era escogido por Dios, idea contraria a los jesuitas, que basaban la salvación en el esfuerzo del hombre por obrar bien. En La Anunciación, presenta a la Virgen María con la cabeza baja en actitud de asentimiento; la Virgen es escogida como Madre de Dios. En el Exvoto, representa en actitud de oración y agradecimiento por la milagrosa curación de una parálisis a su hija Catherine de Sainte-Suzane, hermana de Port-Royal, y a la madre abadesa Agnès Arnauld. Como afirma Blunt: "Por su sobriedad y sencillez, este cuadro es tan típico de la visión jansenista del milagro como el Éxtasis de Santa Teresa de Bernini lo es de la jesuítica".
En esta etapa final su producción fue ingente, con gran número de composiciones de tema religioso. Entre éstas cabe mencionar Cristo muerto (h. 1654, Museo del Louvre, París), de clara conexión con la obra de Hans Holbein el Joven del mismo tema, la Samaritana (Museo de Bellas Artes, Caen), la Sagrada Familia de la palmera (National Gallery of Scotland, Edimburgo), San Jorge matando al dragón (National Gallery, Washington) y las dos versiones de la Magdalena penitente, copias de la de Tiziano (Museos de Bellas Artes, Rennes, Francia, y The Museum of Fine Arts, Houston, Estados Unidos). Por otra parte, en esa época realizó como retratista múltiples representaciones de miembros de la comunidad de Port-Royal.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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