Francisco Bautista
(Murcia, 1594 - Madrid, 1679) Arquitecto español, uno de los representantes más destacados de la arquitectura barroca castellana, al que se atribuye la invención de la cúpula encamonada. Su trabajo más importante es la Colegiata de San Isidro de Madrid.
Habiendo ingresado en Murcia como novicio de la Compañía de Jesús, Francisco Bautista trabajó inicialmente como ensamblador de retablos; en este aspecto cabe destacar la labor desarrollada en Alcalá de Henares, donde realizó el baldaquino del convento de las Bernardas y, entre 1629 y 1633, el retablo de la iglesia de los jesuitas de la misma población. Aunque no abandonó esta faceta artística, su conocimiento de los tratadistas italianos le facilitó obtener diversos encargos arquitectónicos en Madrid, que materializó en colaboración con Pedro Sánchez, también jesuita. Tras el fallecimiento en 1633 de Sánchez, Francisco Bautista concluyó los proyectos emprendidos por el maestro: la iglesia del Colegio Imperial de Madrid (actual Colegiata de San Isidro el Real), la iglesia de San Ildefonso en Toledo (luego llamada de San Juan Bautista) y el noviciado de Madrid (no conservado).
Fachada de la iglesia del Colegio Imperial (actual Colegiata de San Isidro)
La construcción la iglesia del Colegio Imperial de Madrid había comenzado en 1622. Francisco Bautista prosiguió los trabajos, paralizados a la altura del remate de las pilastras de la nave, con la adición de capiteles compuestos que derivan de los inventados por Sebastiano Serlio y con la erección sobre el crucero de la primera cúpula encamonada (falsa cúpula con estructura interior de madera, revestida de ladrillo y enlucida de yeso). Este sistema de cubrición, especialmente indicado en el caso de construcciones de muros no demasiado gruesos, tuvo gran repercusión en la arquitectura barroca de la segunda mitad del siglo XVII debido a su bajo coste y a la difusión que de él hizo Lorenzo de San Nicolás en su tratado Arte y uso de la arquitectura (1633 y 1664). Bautista intervino también en la fachada, que presenta cinco calles separadas por columnas y pilastras de orden gigante; en cada calle se disponen en altura tres vanos, y el hastial se remata con balaustrada y dos torres. Para el mismo edificio, que fue consagrado en 1651, realizó los retablos de San Francisco de Borja y San Luis Gonzaga.
Las obras de la iglesia de San Ildefonso en Toledo, cuyas trazas había dado Sánchez en 1619, se iniciaron diez años después y se paralizaron hacia 1640. Francisco Bautista las retomó en 1672, siguiendo para ello el modelo de una iglesia similar a la del colegio de la compañía en Alcalá de Henares que Sánchez había proyectado en 1605 para Pedro y Estefanía Manrique de Castilla. La intervención de Bautista al frente de las obras consistió en la inclusión en la fachada de hornacinas con estatuas, aletones en lugar de calles laterales en el cuerpo superior y templete de remate flanqueado por balaustrada. Las torres, casi terminadas en 1695, poseen ventanas en sus dos cuerpos y carecen de chapitel. Bautista trazó también el retablo mayor (no conservado) en 1651.
En 1642 proporcionó las trazas para el remate de la torre de la iglesia parroquial de Méntrida (Toledo), que llevó a cabo Juan García de Sampedro, y participó en el concurso para construir la capilla de San Isidro en la iglesia de San Andrés de Madrid, que finalmente ganó Pedro de la Torre, artista con quien había labrado el modelo en madera para la capilla del Ochavo de la catedral de Toledo (1640) y con el que diseñó, en 1647, la obra interior. Un año más tarde dio el dibujo para la gran custodia de asiento de la catedral de Segovia, labrada entre 1654 y 1656 por el platero Rafael González.
En la década de 1650 se ocupó de las trazas de la iglesia parroquial de Valdemoro (Madrid), que construyó Melchor de Bueras entre 1658 y 1660. El edificio presenta planta de cruz latina, una nave cubierta con bóveda de medio cañón sobre lunetos y cuatro tramos de capillas con bóvedas vaídas. Éstas están separadas por potentes pilares cajeados que rematan en capiteles del llamado “sexto orden” (inventado por Vincenzo Scamozzi) y en un entablamento de cornisa muy volada sostenida por modillones geométricos. En el crucero se vuelve a utilizar la cúpula encamonada, dispuesta sobre un tambor decorado con pilastras pareadas y cajeadas entre los vanos.
Francisco Bautista es también autor del proyecto para la capilla del Cristo de los Dolores de la Venerable Orden Tercera de Madrid, construida por Marcos López y Luis Román (1662-1668). La nave, de tres tramos cubiertos por bóveda de cañón sobre lunetos, da paso a un crucero con cúpula muy desarrollada y a un presbiterio con bóveda vaída, en una interesante sucesión espacial. En alzado destacan las pilastras cajeadas de orden toscano y los modillones geométricos, de gran severidad. En el presbiterio se sitúa el baldaquino, construido por Juan de Ursularre en 1664 según las trazas de Bautista y con una estructura que recuerda la custodia segoviana. Sus conocimientos en materia arquitectónica motivaron la intervención de Bautista como perito y tasador en numerosas obras levantadas en Madrid en el tercer cuarto del siglo XVII. Su último proyecto, fechado en 1674, fue el del pedestal del retablo mayor del colegio de la Compañía en Salamanca.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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