Catalina Bárcena
(Cienfuegos, 1890 - Madrid, 1977) Actriz española que, junto a Margarita Xirgu y María Guerrero, integró el grupo de actrices más importante de la historia del teatro español. Como consecuencia del estallido de la Guerra Civil en 1936 y su posterior salida a un exilio del que no regresaría hasta pasados varios lustros, su nombre fue quedando un poco en el olvido.
Catalina Bárcena
Nacida en la isla de Cuba cuando aún era colonia española, Catalina Bárcena inició su trayectoria interpretativa siendo apenas una niña en la compañía de María Guerrero, donde llegó a intervenir en el estreno de la popular obra de los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero El genio alegre. Pero su encuentro con el dramaturgo y director escénico Gregorio Martínez Sierra, del que fue musa y en cuya compañía llegó a ser máxima estrella, la llevó pronto a convertirse en la más importante actriz del momento y elevó su nombre a la cúspide del firmamento teatral protagonizando obras de Luigi Pirandello, Marcel Pagnol, George Bernard Shaw, Jacinto Benavente o Benito Pérez Galdós.
Después de una intensa gira por Hispanoamérica, que la mantuvo alejada de España durante tres años, retornó a su país justo cuando una crisis teatral se mostraba en toda su intensidad y la industria cinematográfica vivía bajo los traumáticos efectos de la transición del mudo al sonoro. Las dificultades que presentaba dicho panorama para reintegrarse con éxito a los escenarios, unido al hecho de que Hollywood reclamaba cada vez con más insistencia los servicios de Gregorio Martínez Sierra, provocaron un nuevo salto hacia los Estados Unidos.
Catalina Bárcena y Gilbert Roland en Julieta compra un hijo (1935)
Allí debutaría delante de las cámaras en julio de 1931 con la comedia Mamá, bajo las órdenes del director Benito Perojo y la supervisión escénica de su mentor. Producida por la Fox en pleno apogeo de dobles versiones y películas hispanas de modesto presupuesto, apareció como una película financieramente superior a la media y de arriesgados planteamientos audiovisuales.
Otros seis títulos para la Fox completarían la estancia en Hollywood de Catalina Bárcena: entre ellos, merecen mención tres comedias dirigidas por Louis King: Una viuda romántica (1933), La ciudad de cartón (1934) y Julieta compra un hijo (1935). Tras cuatro años en Estados Unidos decidió, sin embargo, reanudar su trayectoria escénica con una gira por Hispanoamérica que tristemente se prolongaría más de lo previsto al iniciarse en España la Guerra Civil.
Asilada en Argentina, intentó mantener su prestigio alternando el teatro con el cine, medio al que regresaría por la puerta grande con la adaptación por parte de Gregorio Martínez Sierra de su obra Canción de cuna (1941). A este largometraje siguieron Tú eres la paz (1942) y Los hombres las prefieren viudas (1943), también dirigidos por Martínez Sierra. Pero su estilo interpretativo, caracterizado por el uso de la voz en falsete y cierta grandilocuencia en los movimientos, fue mostrándose cada vez menos adecuado para el cine, por lo que tras un fugaz reencuentro en Buenos Aires con Benito Perojo (Chiruca, 1945) abandonó este medio para siempre, con la única excepción de un papel episódico por amistad con el director Luis Marquina (en Adiós, Mimí Pompón, 1960), que señaló también su regreso a España desde el exilio.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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