Marian Anderson
(Filadelfia, 1902 - Portland, 1993) Contralto estadounidense. Primera solista afroamericana que actuó en la Ópera Metropolitana de Nueva York, Marian Anderson desbrozó el camino para otros artistas de su raza y contribuyó a la lucha por los derechos civiles de la minoría negra. En su ciudad natal inició estudios de violín a los diez años para proseguir, a los catorce, con estudios de canto con Mary Saunders Patterson, Agnès Reifsneider, Frank La Farge y Giuseppe Boghetti, merced a las aportaciones de los miembros de su parroquia. En 1923 debutó con la Sociedad Filarmónica de Filadelfia; ganó el premio de canto de la Filarmónica de Nueva York con el aria "O mio Fernando" de La Favorita de Vincenzo Bellini, y a partir de 1925 actuó como cantante de concierto.
Marian Anderson
En 1931 se trasladó a Europa becada por el filántropo de Chicago Julius Rosenwald; ese mismo año se presentó triunfalmente en Berlín. Realizó varias giras por Europa, de las que destaca especialmente la de los países escandinavos, en la que fue condecorada por Gustavo V de Suecia y en la que el compositor Jean Sibelius le dedicó la canción Solitude. Asimismo, bajo la dirección del gran Stanislavski, preparó en Rusia el papel protagonista de Carmen de Bizet.
En 1936 actuó ante el presidente Franklin D. Roosevelt en la Casa Blanca y emprendió una amplia gira de más de setenta conciertos durante los siguientes tres años. A pesar de ello, en 1939, una prestigiosa asociación femenina vetó su actuación en el Constitution Hall de Washington por motivos racistas; la protesta, que encabezó la propia esposa del presidente Roosevelt, concluyó con un espectacular concierto de la cantante en la escalinata del monumento a Lincoln el domingo de Resurrección de ese mismo año. No fue la única humillación a la que Anderson fue sometida por motivos raciales, aunque contó, por otro lado, con numerosos defensores y logró ser la primera intérprete de raza negra en actuar en la Ópera Metropolitana de Nueva York, donde debutó en 1955 en el personaje de Ulrica, la bruja negra de Un Ballo in Maschera de Verdi.
Marian Anderson se dedicó con mayor frecuencia al concierto, campo en el que destacó por su versatilidad y por su facilidad para los idiomas (llegó a cantar en nueve distintos). Fue excelente intérprete de los "lieder" de Schubert y Schumann. Considerada por Arturo Toscanini como la voz del siglo, su interpretación resulta sobrecogedora en piezas como La muerte y la doncella de Schubert o Stille Tränen (Lágrimas silenciosas) de Schumann, que interpretó transportada una cuarta por debajo de su tono original (la pieza es particularmente aguda), prestándole una coloración vocal completamente distinta a la habitual.
En 1942 estableció un premio internacional con su nombre y, tras la Segunda Guerra Mundial, realizó una amplia gira planetaria a petición del gobierno americano. Convertida en una institución, fue nombrada miembro de la delegación americana en las Naciones Unidas por el presidente Eisenhower, y cantó en las juras de los presidentes Eisenhower y J. F. Kennedy. En 1965 se despidió de los escenarios con un concierto en el Carnegie Hall de Nueva York. Publicó los libros What a morning! (memorias) y My Lord, y recibió condecoraciones como la Medalla de la Libertad (1962), la Medalla de Honor del Congreso y la Medalla Nacional de las Artes (1986). En 1991 se le otorgó un premio Grammy por el conjunto de su carrera.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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